Un equipo de expertos de la Universidad de Extremadura ha desarrollado una investigación sobre nuevos sistemas de producción agrícola como alternativa a los métodos tradicionales. El estudio demuestra que la supresión del laboreo aumenta el nivel de carbono del suelo.

La erosión del suelo, junto con la contaminación de las aguas, constituye el principal problema medioambiental derivado de la intensificación de la agricultura, una actividad que, en las últimas décadas, ha provocado "el consumo de las existencias de carbono en los suelos, produciéndose importantes pérdidas tras las operaciones de arado", según informa la universidad.

El equipo de expertos aboga por la denominada "agricultura de conservación" o "siembra directa", en la que según explica Antonio López Piñeiro, uno de los miembros de este equipo de investigadores, "en vez de quemar los residuos de los cultivos tras las cosechas o enterrar en el suelo la biomasa al arar, todo se deja en su lugar como cubierta del terreno".

De esta forma, a tenor de los resultados de la investigación, se incrementa el contenido de carbono orgánico en la superficie del suelo y se mitigan en más de un 10% las emisiones de dióxido de carbono (CO2) provocadas por la agricultura.

MAS ECOLOGICO

La implantación de esta técnica, según la investigación, favorece la menor degradación de los suelos, la reducción del consumo de energías fósiles, y una notable disminución del efecto invernadero por el aumento de la fijación del carbono.

Además, destaca López Piñeiro, gracias a esta alternativa de agricultura sostenible, "aumentaría la biodiversidad y se reduciría la filtración de contaminantes a las aguas subterráneas".

El proyecto, en el que están involucrados diversos departamentos de la Uex, está financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología con más de 240.000 euros y, junto a la universidad, participan el Centro Superior de Investigación Científicas (CSIC), la Consejería de Agricultura de la Junta de Extremadura, y las empresas Monsanto y Casas de Hitos.