Un estudio que coordina la Universidad de Extremadura (Uex) por encargo de Refinería Balboa, en el que han participado el CSIC, la Universidad de Huelva y el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), concluye que la instalación de la refinería proyectada en Tierra de Barros por el Grupo Gallardo no afectará a la calidad del aire, la vid y el olivo. El trabajo indica que las simulaciones realizadas durante un año muestran "una situación muy aceptable con ausencia de daños" y que "la fumigación con elevadas concentraciones de ozono sobre plantones de vid cultivados en laboratorio, reflejan cierta incidencia en la variedad tempranillo y nada en la parda".

Asimismo, en la estimación de impacto fotoquímico se dice que se han observado dos zonas de impacto, una al norte y otra al sur, "ligadas a las condiciones meteorológicas, siendo el mayor impacto registrado entre 10 y 40 kilómetros del foco, extendiéndose su influencia hasta distancias de 80 a 100 kilómetros".

Estas conclusiones las presentó el pasado miércoles el coordinador del estudio por parte de la Uex, Santiago Hernández, con el científico del CEAM Enrique Mantilla y el consejero delegado de Refinería Balboa, Juan Sillero. Este manifestó que prefería "no dar una opinión sobre el resultado del estudio, sino atenernos a los resultados científicos". No obstante, Sillero señaló que "preveíamos que sería así, por lo que sabemos de otras refinerías instaladas junto a viñedos, como en Francia, pero hay que atenerse a los datos".

Lo que el estudio iniciado hace un año --continuará con la toma de datos en una fase de vigilancia-- concluye es: "La calidad del aire del entorno estudiado es buena, siendo de baja concentración industrial y urbana", y añade que "no se ven indicios de impacto sustancial sobre el campo actual de las emisiones de ozono", habiéndose utilizado dosis de 1,5 veces más que las mayores detectadas en los dos días de niveles más altos del año para fumigar los plantones de vid.

Los trabajos de campo muestran que no hay presencia de "contaminantes en niveles significativamente altos en los suelos, con proporciones bajas de óxido de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles (VOC)".

Santiago Hernández explicó que el estudio se centra en el comportamiento del ozono porque es la única emisión de la refinería que podría afectar al medioambiente y a las producciones, dado que, según Sillero, el resto "están controladas". Y añadió que "no se puede pensar en la refinería echando humo negro porque se ha proyectado con la última tecnología y eso hace que no sea comparable a las que conocemos de los años 50".

Los datos se han obtenido mediante la recreación en dos invernaderos de las condiciones ambientales y meteorológicas de la zona y no se pueden extrapolar. Por ello, según Hernández, "no podemos decir si esta misma refinería sería más o menos contaminante en otro sitio".

En los invernaderos se han estudiado 11 plantones de vid de los tipos tempranillo y parda, y olivos, sometiéndolos a fumigaciones de ozono un 50% más altas de lo esperado por el tipo de refinería de que se trata.

Enrique Mantilla señaló que es "el primer estudio de estas características que se realiza antes de construir la planta", y "a voluntad de la propia empresa", indicó Hernández, para analizar la calidad del aire, el suelo y la vegetación de la zona y realizar una estimación de la posible influencia de la planta en su entorno. El estudio recoge que el objetivo de Refinería Balboa es facilitar "información sobre el impacto del proyecto y dar una contestación clara y seria a las dudas que hayan surgido en la zona".

También se comprobó al hacer las mediciones de material particulado la presencia de partículas provenientes del desierto del Sahara, del norte de Africa, lo que incrementa notablemente la contribución crustal, que son elementos minerales típicos de la corteza terrestre, como Aluminio, Sílice, Magnesio, Hierro o Potasio, entre otros. E igualmente, se detectó la presencia de alguna contaminación procedente de la industria de Portugal. En ambos casos dentro de parámetros normales.

Según Sillero esta planta "no tiene nada que ver con ninguna otra del mundo, dado que contará con la mejor tecnología disponible en el siglo XXI", por lo que la investigación "permite conocer desde un punto de vista técnico la cantidad de emisiones de la misma".

Por su parte, la Plataforma Ciudadana Refinería No ha manifestado su "total desacuerdo" con las conclusiones de este estudio. Según señalaron, es un trabajo poco fiable porque está pagado por el propio Grupo Gallardo. En una línea parecida se manifestó la Asociación de Empresas Vinícolas de Extremadura (Asevex).