Que las manzanas caigan del árbol es un hecho totalmente asumido, pero no lo es tanto que la fuerza de la gravedad varía en las diversas regiones de la Tierra porque nuestro planeta no es una esfera exacta de densidad uniforme. Y además se mueve. Aunque estas variaciones son ínfimas, tienen repercusiones notables en las corrientes marinas, el clima, las telecomunicaciones y hasta en los terremotos y la actividad volcánica: si el nivel del mar está en constante cambio, ¿cómo podemos medir con fiabilidad la altura de las montañas?, ¿cómo podemos cuantificar los efectos del cambio climático en los océanos? El satélite europeo GOCE tiene por objetivo desentrañar estos misterios. El GOCE se situará en una órbita baja, a 260 kilómetros de altitud, y desde allí se dedicará durante año y medio a analizar el campo gravitatorio terrestre con una resolución sin igual.