Ojalá no tengamos que pintar ninguna silueta más en el futuro". El mensaje del artista cacereño Emilio González Núñez es tan sincero como directo. También lo son las 58 figuras pintadas en blanco en el Foro de los Balbos en recuerdo a las víctimas extremeñas del terrorismo. Un simple vistazo desde arriba, en la plaza de Publio Hurtado, da escalofríos.

Por la cabeza del autor también han pasado sus caras. "Quería honrar a las víctimas, que son los grandes olvidados. Ni siquiera yo conocía sus nombres", señala. En el lugar de su obra hay listas con los identidades de las personas asesinadas en atentados terroristas, desde el primero en 1975 hasta el último en 1995.

En el proceso de gestación de la idea, el pintor contactó con la asociación de víctimas del 11-M para confirmar que no hubo ningún extremeño fallecido en los trenes. Han colaborado los miembros de la sección de Artes Plásticas del Ateneo de Cáceres y ciudadanos anónimos. Todos se prestaron a que sus cuerpos sirvieran de molde para las figuras vacías que llenan ese rincón emblemático de la plaza Mayor.Por esta razón, todas las siluetas pintadas al agua son de diferentes proporciones, como si de un gran puzzle humano se tratara. Permanecerán expuestas hasta el próximo 20 de junio a modo de un mosaico que parece que va a ponerse en movimiento en cualquier momento. Pero las inquietudes de Emilio González no son nuevas. Hace un año, muy cerca del Foro de los Balbos, hizo colgar sillas de la torre del Horno como símbolo de la paz. Ahora trabaja en un nuevo proyecto que, junto al happening inaugurado ayer, pretende recordar para siempre a las víctimas extremeñas del terrorismo.