Dos años después de los primeros hogares en pruebas en España, la internet por vía eléctrica o Power Line Communications (PLC) aún no ha experimentado un despliegue masivo. Cambios accionariales, costes, estudios de mercado y algunos problemas técnicos casi han paralizado la extensión de esta tecnología.

"Ahora podemos hablar de que existen los primeros equipos comercializables, con 17 fabricantes en todo el mundo. Esto es el primer paso para hacer despliegues comerciales, porque hay más oferta y se rebajan costes", asegura José Carlos Serrano, presidente de la PLC Utilities Alliance, una entidad internacional que agrupa a distintas compañías relacionadas con el PLC. "Estamos en las mismas circunstancias que la ADSL hace cinco años", afirma.

PREVENIR AVERIAS

Las compañías eléctricas han sido, obviamente, las primeras interesadas en explotar una tecnología de comunicaciones que se basa en el cable eléctrico. Sin embargo, en algunas ocasiones ha chocado con sus intereses en otros negocios. Así, Endesa y Unión Fenosa son parte del accionariado de Auna, que estos días está en venta.

La operadora ha sido hasta ahora la encargada de suministrar servicio y de facturar al cliente de PLC. Si se vende, la relación podría cambiar. "Endesa ha parado el despliegue a la espera de lo que ocurra con Auna", admite Serrano, que es también responsable de PLC en Endesa. Unión Fenosa, en cambio, atribuye la falta de un despliegue comercial masivo a "que no se dan las condiciones adecuadas", según un alto responsable. Los departamentos de márketing de Auna estudiaron la tecnología y la compararon con otras opciones, como cable, ADSL o wimax, para poder dar servicio, incluso, de televisión y telefonía.