Los neandertales se extinguieron hace unos 30.000 años, tiempo de sobra para que se haya esfumado todo resto de material genético, pero la suerte geológica ha propiciado que unos pocos huesos de unos poquísimos yacimientos aún conserven fragmentos de ADN. Los miembros del Proyecto Genoma Neandertal, procedentes de varios países, concentran sus esfuerzos en la cueva de El Sidrón, en el municipio asturiano de Piloña. "Se trata de un yacimiento excepcional --resume Carles Lalueza Fox, especialista en genética--. En ningún otro lugar del mundo se han encontrado tantos restos bien conservados y en un espacio tan reducido".