Una escena que no se veía desde hacía 17 años: Loquillo y el que fuera su brazo derecho en los Trogloditas, el guitarrista y compositor Sabino Méndez, departiendo amigablemente y maquinando proyectos. Ocurrió hace un par de semanas en un restaurante de Madrid. Sorpresa, un poco de incredulidad y alguna sonrisa malévola en el ambiente. El reencuentro ha sido "lento y cauto", susurra Loquillo. A través de amigos comunes y señales discretas.

La reunión tiene coartada industrial: la ha precipitado la promoción del reeditado doble en directo ¡A por ellos...! que son pocos y cobardes (1988), ahora con sonido lavado y con un DVD de una hora grabado en los conciertos de Zeleste. Pero hay algo más. Las andanzas del grupo en los 80 serán llevadas al cine por Jorge Arenillas, con Méndez como guionista y el propio Loquillo como supervisor.

Ambos se reencontraron días atrás en el Bizkaia Arena (Bilbao), cuando el guitarrista subió al escenario para tocar con los Trogloditas, ante 9.000 personas, Rock & roll star y Cadillac solitario. El concierto nutrirá un disco y un DVD, Hermanos de sangre , que saldrá en febrero. Recordemos que ambas canciones fueron compuestas por Méndez, como El rompeolas, Ritmo de garaje, Rock suave, Quiero un camión, Carne para Linda y un largo y exaltado etcétera.

NAVAJAZOS OLVIDADOS

Se hace extraño ver juntos, escenificando la amistad, a dos personajes que se han dicho cosas gruesas en tiempos no excesivamente lejanos. Quizá sea ingrato recordarlo ahora, pero, hace cinco años, Méndez publicaba el libro Corre, rocker , donde describía a Loquillo (aludido con el eufemismo de "nuestro cantante") con frases del calibre de "personaje de tebeo cargado de consignas" (y otras peores).

El del Clot dice no haber leído el volumen, aunque desea desmentir la idea de que en 1988 rehusó actuar en el Chile de la transición por miedo a los militares. "Teddy Bautista me ofreció ir sin los Trogloditas y con Los Ronaldos como banda de apoyo, y me negué". Episodios olvidables, en cualquier caso. "A la gente no le importa si te has peleado con tu guitarrista: quiere buenas canciones y una buena banda".

REVISANDO LA LEYENDA

Cuando grabaron el doble en directo, los puentes entre Loquillo y Méndez (que abandonó el grupo unos días después) estaban rotos. Se pintaba al guitarrista como una víctima del rock y sus adicciones; incapaz de cumplir con un grupo profesional. Aunque tocó en los conciertos de Zeleste, los créditos del disco le atribuyeron un triste papel: "guitarra de ritmo en Rock´n´roll star ." Se llegó a decir que tocó ambas noches con la guitarra desenchufada, y ni siquiera apareció en la foto de portada.

"Lo que ocurre es que yo tenía un sonido muy sucio, tipo Keith Richards, y lo cierto es que quitaron mi guitarra del disco porque sonaba mal. No fue ninguna venganza del grupo", argumenta. En el trasfondo, la leyenda negra de Méndez. "Me metía todo lo imaginable y más: tripis, jaco, coca... En aquella época entró todo a la vez", explica. "A mí me salvó el básquet", apunta Loquillo, que lanza un arañazo al guitarrista. "No se puede engañar al público; salir a tocar colgado y cobrar". Pausa.

¡A por ellos! fue un gran negocio para la discográfica: 1.800.000 raquíticas pesetas de presupuesto y 350.000 ejemplares vendidos (más que Rock & Ríos , de Miguel Ríos, aseguran), y los malos augurios sobre un Loquillo sin Méndez se fueron diluyendo: las composiciones de éste le habían hecho crecer, pero, luego, el cantante se mantuvo a base de determinación, mano de hierro con los colaboradores, sentido del estrellato. Caminos separados hasta hoy.

"En el grupo cada uno tenía su personaje y la comunicación estaba interrumpida. Ahora, la actitud es de ´hablemos´", afirma Loquillo, ilusionado con el proyecto de película. "Ya va siendo hora de que alguien explique cómo es un grupo de rock". Pero, ¿llegará más lejos la colaboración entre ambos? "Si algún día Sabino viene con canciones nuevas, serán bienvenidas". Queda algo de aquel Código de honor.