El Gobierno holandés decidió el pasado 12 de octubre prohibir la venta de setas alucinógenas, después de que en los últimos años hayan aumentado considerablemente los incidentes derivados del consumo de hongos, de 55 en el 2004 a 129 el año pasado. Todos se produjeron en el centro de Amsterdam y casi siempre los protagonistas eran jóvenes turistas fuera de sí tras consumir estas setas psicotrópicas. Una francesa de 17 años incluso murió al lanzarse de un puente.

El consumo de las setas frescas --las secas ya estaban vetadas en Holanda-- causa delirios y alteraciones de conducta. El efecto dura entre tres y seis horas.