Un singapurés de 36 años aguantó 67 horas de calor y lluvias torrenciales a la intemperie con una mano apoyada firmemente sobre un automóvil para ganar un concurso en el que se sorteaba el coche en cuestión. David Gerard Felix, un asistente de vuelo, superó a otros 120 concursantes que fueron cayendo, desde que empezara el reto el 1 de noviembre, doblados por las temperaturas superiores a los 30 grados centígrados y las lluvias tropicales típicas de esta época del año en Singapur. El concursante terminó la pericia con un coche nuevo bajo el brazo pero tuvo que ser trasladado a un hospital.