El buen cine de animación está lejos de ser una especie en extinción. Cuando los escépticos se lamentan de la ausencia de nuevos talentos, llegan desconocidos compañeros de pupitre dispuestos a prolongar el presente del dibujo animado más allá de las fronteras del píxel.

Lejos de la hegemónica Pixar, Fox-Blue Sky han logrado establecer una saga a la que aún le queda mucha cuerda, al menos por lo que demuestra Ice age 2: el deshielo , dirigida por Carlos Saldanha (coautor de Ice age con Chris Wedge). Confiesan sus creadores que ésta es una continuación concebida antes de saber que Ice age: el deshielo iba a convertirse, con sus 60 millones de dólares de presupuesto, en un éxito de taquilla (recaudó 170 millones sólo en EEUU).

ANIMACION ECOLOGICA

El calentamiento de la Tierra, el agujero en la capa de ozono, el aumento del nivel del mar... ¿Les suena? ¿No estamos más cerca de la prehistoria de lo que pensamos? Ice age 2 no insiste en vender ecología, pero usa el deshielo como elemento dramático.

El agua es la amenaza, y no sólo para los personajes que ya aparecían en Ice age --el mamut Manny, el tigre dientes de sable Diego, el oso perezoso Sid y la ardilla Scrat-- sino también para los propios animadores. Es bien sabido que el agua, como el fuego, el pelo o la expresión humana, es uno de los mayores retos para un animador digital. Desde el arranque, la relación entre el elemento líquido y los animales que huyen de él es constante. Conseguir que la mutante textura del agua fuera creíble ha sido uno de los peores dolores de cabeza de los miembros de Blue Sky, el estudio de animación que se ha ocupado también de que los dos millones de pelos del mamut Manny (y de su nueva compañera, Ellie) no parecieran una alfombra inerte.

ESTRELLAS INVITADAS

Influidas por una larga tradición disneyana, todas las películas de animación norteamericanas centran su discurso en una defensa de la idea de familia, aunque sea tan disfuncional como la de Ice age 2 . De sus antiguos miembros destaca Sid, que protagoniza una de las secuencias más divertidas como Rey del Fuego y, sobre todo, la ardilla Scrat, cuya búsqueda de bellotas sirve como contrapunto a las aventuras de sus compañeros.

A Sid y Scrat se les une la citada Ellie, mamut hembra que ha crecido convencida de ser una zarigüeya, y sus dos hermanas adoptivas, Crash y Eddie, zarigüeyas traviesas e insolentes que se enorgullecen de su cobardía y lanzan dardos impregnados de venenoso sentido del humor. Y aún hay más: una tortuga llamada Tony el Rápido, que se comporta como si de un predicador del Apocalipsis se tratara; un buitre que se frota las alas ante el deshielo (y la mejora de su oferta gastronómica) y dos reptiles antediluvianos que tienen los colmillos más afilados que el tiburón de Spielberg.