El tráfico es el principal responsable de la contaminación por partículas en suspensión en las ciudades españolas, con el 40%-60% del total, y supera de largo a cualquier otro origen, desde el polvo natural hasta las industrias o los incendios, según un estudio coordinado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el que también participa la Universidad de Extremadura.

A las partículas en suspensión, materiales de menos de 10 micras (0,001 milímetros) que pueden absorberse al respirar, se les atribuyen más de 10.000 muertes prematuras cada año en España.

En el trabajo, dirigido por Xavier Querol y Andrés Alastuey, investigadores del Instituto Jaume Almera del CSIC, en Barcelona, se han analizado muestras recogidas mediante filtros en tres ámbitos diferentes: zonas urbanas pero apartadas del tráfico, zonas de congestión y zonas rurales. "Salvo en Canarias, con una gran influencia de los vientos saharianos, la proporción se mantiene similar en todas las estaciones, independientemente de si tienen mucha o poca contaminación", dice Querol.

PASTILLAS DE FRENO

Las técnicas de análisis permiten discernir cuál es el origen de determinadas partículas. Querol explica, por ejemplo, que la contaminación no procede sólo de los tubos de escape, sino del desgaste provocado por los coches sobre el asfalto o los materiales del propio vehículo (chapa, pastillas de freno). En cualquier caso, el estudio destaca el efecto contaminador de los motores diésel --que suponen el 65% de las ventas actuales--, pese a subrayar que "son más eficientes energéticamente". Concretamente, los diésel emiten 20-30 microgramos de partículas por kilómetro, frente a menos de 5 en un motor de gasolina.

El impacto sobre la salud humana depende del tamaño de las partículas. Las de tamaño inferior a los 10 micrómetros o micras, por ejemplo, pueden llegar a la parte superior del tracto respiratorio; mientras que las más pequeñas, menos de un nanómetro (0,000001 milímetros), pueden llegar a la sangre.

Dependiendo del tamaño, el origen es diferente. El estudio destaca que el 30% de las partículas de menos de 10 micrómetros se desprenden del pavimento debido al tráfico y otro 30% son originadas por los motores. En cambio, en el caso de partículas menores de 2,5 micrómetros, la fracción procedente de los motores asciende hasta el 40-50%. Los porcentajes son similares a otras ciudades europeas salvo en el caso de materiales minerales.