Hace unos 2,7 millones de años grandes placas de hielo se acumularon en el hemisferio norte comenzando los ciclos de la edad de hielo. Entonces, el clima se volvió más frío y a este cambio climático contribuyó de forma decisiva las variaciones térmicas que sufrieron los océanos. Estas son las conclusiones de un grupo de científicos, en el que participa el español Antoni Rosell, del Centro Nacional de Investigación de Geociencia de Alemania.