Miguel de Cervantes y su Quijote recomendaron al doctor José Enrique Campillo que "a la llana, con palabras insignificantes, honestas y bien colocadas, salga vuestra oración y periodo sonoro...; dando a entender vuestros conceptos sin intrincalos y oscurecerlos". Esta sentencia caló tan hondo en él que, como él mismo asevera, no deja de esforzarse por cumplir la sugerencia del maestro y fruto de este desvelo son El mono obeso y La cadera de Eva , dos obras científicas, pero de fácil entendimiento para el profano.

La cadera de Eva parece demostrar que todo se reduce a un hueso, la cadera, y que sin ese evolución hoy no seríamos lo que somos.

--Desde el punto de vista de la evolución de la especie humana, lo que nos hizo separarnos en apenas 8 millones de años de los chimpancés fue una serie de adquisiciones evolutivas y una de las más importantes es la bipedestación, y para que anduviéramos sobre las dos piernas y dejáramos las manos libres, la estructura de la cadera se tuvo que cambiar. Lo que señalo es que ese cambio de la estructura de la cadera en el macho no implica apenas nada. Pero en la hembra, en el espacio de la cadena, además de la vejiga y la pequeña parte del intestino, tiene la vagina y el útero, y eso supuso un cambio crucial en la evolución de nuestra especie.

Curiosamente, siempre se ha hablado del macho como el protagonista de la evolución. Sin embargo, usted rompe con esta consolidada teoría.

--Si hojeas la literatura de la evolución verás que todos los libros son muy machistas. Siempre se habla del macho y la hembra siempre ocupa una posición secundaria, y es completamente falso. Mantengo, pero no sólo en La cadena de Eva , sino también en El mono obeso , que en los últimos dos millones de años hasta la actualidad han sido las hembras de la especie humana las que han alimentado a la familia, antes rebuscando gusanos, lombrices y frutos por los alrededores de la cueva y, hoy, yendo a Carrefour.

¿Llevamos toda una vida engañados?

--No, pero es lo mismo que pasa con la nutrición cuando la gente dice es que ahora las sardinas son buenas. Lo que pasa es que en la paleantropología se ha producido, en los últimos años, unos avances tremendos porque se han descubierto numerosísimos fósiles, porque hoy día hay unos medios de datación de los genes, del ADN de los huesos fósiles y todo eso ha hecho que tengamos una visión distinta.

¿Cuál es la evolución más significativa o drástica soportada por las hembras?

--La más característica es la cadera porque ha modificado todo. Por ejemplo, la modificación de la cadera junto con el enorme tamaño del cráneo de los recién nacidos humanos hace que, para evitar problemas en el parto, la evolución originaba que las crías de los humanos se lanzan al mundo a medio hacer. El parto humano es un parto prematuro a escala zoológica. Esto implica unos cuidados infantiles especiales. Todo eso cambió la familia.

¿Parece que hemos evolucionado para hacernos más débiles: criaturas prematuras, asistencia en el parto, retraso en la madurez sexual, menopausia muchos años antes de morir...?

--No nos hemos hecho más débiles cuando somos seis mil millones en todo el mundo y creciendo. Hemos sacrificado toda nuestra fortaleza al desarrollo de un arma poderosísima, un invento extraordinario, que es el cerebro humano. Ese fue el precio. El precio de nuestro cerebro fue un parto difícil, una lactancia y unos cuidados infantiles prolongados, un aprendizaje que dura hasta los 15 ó 16 años.

Ahora que se opta por la delgadez, resulta que la gordura jugaba un gran papel.

--La mujer siempre tiene más grasa que el hombre y toda mujer que descienda su contenido de grasa por debajo de un 10% se convierte en infértil porque se inhibe la ovulación. Es un mecanismo de defensa que, prácticamente, tienen las hembras de todas las especies porque la inversión energética que hace la hembra en sacar adelante una cría es mucho mayor que la que hace un macho. Tiene que darle energía durante el embarazo, durante la lactancia y durante los meses de cuidados maternales. Esta inversión energética no es posible sin las condiciones energéticas fueran malas.

La evolución tenía como objetivo la reproducción. ¿Seguimos evolucionando teniendo en cuenta que, ahora, la reproducción no es el objetivo de las relaciones sexuales?

--La evolución nunca se para, pero sólo se puede observar a lo largo de cientos de miles de años. Nosotros en 50.000 años sólo hemos cambiado en un 0,005% de nuestro genoma, es decir, los cambios evolutivos se producen a u ritmo increíblemente lento. Nosotros podemos evaluar si seguimos evolucionando cuando veamos qué ha pasado dentro de 100.000 años.

Algo que no ha cambiado es la sexualidad como fórmula de atracción.

--Hay dos fuerzas básicas que mueven a los seres vivos que son la nutrición y la reproducción, y lo son porque los genes nos tienen dominados (somos auténticos esclavos de los genes). Nosotros somos para los genes el envase desechable y la única misión de los genes es sacar el mayor número de copias de ellos mismos, que es lo que hacemos con la reproducción.

Una de sus líneas de investigación se centra en la nutrición humana y en el ejercicio físico, dos facetas algo olvidadas.

--Creo que la gente está, hoy en día, muy, muy motivada, lo que pasa es que hay que ponerse las pilas. La gente sabe que tiene que hacer ejercicio y que tiene que alimentarse bien y razonablemente. Lo que pasa es que una cosa es hablarlo y otra es ponerlo en práctica. Es muy cómodo estar en casita sentado comiéndose una bolsa de pistachos y otra cosa es ponerse un chándal y unas zapatillas y salir a dar unas vueltas.

¿Qué consecuencia futuras nos traerá una mala nutrición y la falta de ejercicio?

--El futuro es esperanzador porque la medicina va avanzando tanto que es capaz de prevenir incluso las malas conductas de la gente. Ahora está de moda lo del tabaco. El tabaco produce cáncer de pulmón, pero, antes, con cáncer de pulmón se moría irremediablemente. Hoy día, como se coja a tiempo, le operen y le den la quimioterapia, no se muere. Hoy día, un momento muy feliz, muy pleno en la vida de todas las personas, que antes no ocurría, es a partir de los 50 años. La mayor parte de la gente se encuentra estupendamente, viaja, hace cosas y lo que tenemos que procurar es vivir bien, pero, además, cuidarnos lo suficiente para que lleguemos a ese momento final de la vida con el máximo de garantías y el máximo de bienestar, y disfrutar de ese tercer tramo como hemos disfrutado de los dos anteriores.

Es por donde va la medicina darwiniana.

--Sí. Se trata de ajustar la vida actual a nuestro diseño evolutivo. De ahí sacamos unas ventajas de salud y de calidad de vida.