Los Juegos Olímpicos de Invierno no tienen la relevancia mediática que tienen sus homólogos de verano, debido sobre todo a que están orientados a un público europeo. No obstante, ambas competiciones tienen poco que hacer contra el gran deporte mediático por excelencia: el fútbol, donde se concentran las mayores ventas de videojuegos deportivos. Esto explica la sequía de títulos de deportes sobre nieve que hay en España, pese a brillantes excepciones como el Winter Challenger de Friendware, con más 20 competiciones distintas y un acabado visual impecable. El gran producto de la temporada invernal es Torino 2006 , de 2K Sports, que ha conseguido la licencia oficial de los Juegos. 2K Sports ha confiado su realización a la desarrolladora alemana 49 Sports, especialista en juegos de temática deportiva invernal, con productos muy interesantes como Alpine Skiing (dedicado al esquí) y Skijumping (basado en una disciplina tan espectacular como los saltos), pero desconocidos en el mercado español.

Torino 2006 reúne lo mejor de ambos títulos y pruebas de las restantes disciplinas que concursan en los Juegos de Invierno, entre las que destaca por su originalidad el biatlón, toda una rareza en los videojuegos. Técnicamente, ofrece unos excelentes resultados en gráficos, y tanto las texturas como el motor físico están a la altura. Sin embargo, adolece del eterno problema de los juegos deportivos: resulta bastante rutinario tras pasar varias fases de un mismo deporte. Sólo resulta apasionante si se juega entre varias personas para lograr la máxima puntuación o mejorar el resultado del compañero. Este es un mal que afecta a la mayoría de productos basados en competiciones individuales. Le falta el añadido de los juegos de fútbol, que introducen la cara de las estrellas como reclamo. Por lo demás, Torino 2006 es un producto honesto que da lo que promete en la caja.