Mia Farrow ha cerrado el círculo. Cuatro décadas después de dar a luz al hijo de Satanás en La semilla del diablo (Roman Polanski, 1968), la actriz se convierte en la niñera del Anticristo en la nueva versión de La profecía , que, dirigida por el joven irlandés John Moore, se estrena hoy en todo el mundo para aprovechar de forma algo truculenta la diabólica resonancia de la fecha (6 de junio del 2006, es decir, 666, la secuencia considerada el número del diablo).

La profecía está protagonizada por Liev Schreiber y Julia Stiles, que, retomando los papeles que en la versión original de 1976 interpretaron Gregory Peck y Lee Remick, dan a vida a los padres adoptivos de un muchacho de naturaleza demoniaca llamado Damien, al que dejan al cuidado de una siniestra niñera, la señora Baylock (Mia Farrow).

Cuando John Moore hizo pública su intención de contar con la actriz para el papel, casi todo el mundo a su alrededor trató de disuadirle, asegurándole que Farrow nunca aceptaría. El director modificó los rasgos del personaje y le dio una apariencia mucho más amable y dulce al considerar que en el original las malas intenciones de la niñera "resultaban demasiado obvias". Mia Farrow acabó aceptando: "John Moore utilizó la palabra angelical, así que empecé a hacer brillar mi aureola".

LLEGA EL APOCALIPSIS

La nueva versión, que ha costado 60 millones de dólares, se mantiene notablemente fiel a la que hace 30 años dirigió Richard Donner, aunque el guión, escrito por David Selzter (autor también de la novela y del guión de la versión original), incluye referencias a tragedias modernas (los atentados del 11 de septiembre, el tsunami del 2004, la guerra de Irak...) como pruebas inequívocas de que el Apocalipsis anunciado por San Juan en el Libro de las revelaciones se aproxima. A juicio del protagonista, Liev Schreiber, en la actualidad se respira en Estados Unidos una atmósfera a la de mediados de los años 70: "No sé si está relacionado con la proximidad de la guerra de Vietnam, la crisis energética o los conflictos civiles, pero creo seriamente que se puede trazar un paralelismo entre una etapa y otra".

La primera versión de La profecía se convirtió en poco tiempo en uno de los títulos más relevantes del cine fantástico y de terror, y dio lugar a una trilogía que continuó con La maldición de Damien y El final de Damien . La película supuso el salto definitivo del estadounidense Richard Donner al cine tras una larga carrera en la televisión, al tiempo que convirtió a Harvey Stephens, de tan solo 5 años, en uno de los iconos del cine moderno en su papel del joven endemoniado Damien, por el que optó al Globo de Oro como mejor actor debutante.

En esta nueva profecía, en la que el papel de Damien está interpretado por el joven Seamus Davey Fitzpatrick, la inolvidable mirada de Harvey Stephens, que aterrorizó hace años a millones de espectadores de todo el mundo, regresa a las pantallas por primera vez desde el estreno de la primera versión gracias a una aparición especial. Harvey Stephens nunca volvió a hacer cine. El Anticristo de entonces es hoy un próspero agente de bolsa de 36 años.