Noche extraña la del pasado martes para Miguel Ingel Hernando, alias Lichis, en Barcelona. El artista, para quien "las letras siempre han sido un complemento de la música", ofrecerá un concierto acústico en el marco del Barnasants, el festival de la canción de autor.

"Será la primera vez que hago un acústico por decisión expresa mía y de los organizadores. Normalmente, lo hago porque no hay pasta para nada más". Y además lo acometerá sin la cabra que le ha acompañado a todos los conciertos desde hace 12 años. No es una casualidad: "Quiero desligarme de La Cabra Mecánica", sentencia. Su actuación supuso el primer paso en su nueva senda. Lichis cree que el hecho de que La Cabra Mecánica haya aguantado 12 años ya es un hito: "Mis anteriores proyectos no duraban ni un año, y éste ya empieza a oler".

En los últimos tiempos, el artista se ha cansado de su creación: lleva tiempo harto de este proyecto y, sobre todo, del trato que les dispensa Dro. "La compañía ha hecho un trabajo promocional nefasto. Se ha dado una imagen distorsionada de mi forma de ser", asegura el cantante, que reconoce que existe un divorcio con la discográfica. "Me han apoyado bastante, aunque no en la medida y dirección que yo quería. Han aplicado con nosotros una fórmula comercial repetida hasta la náusea". El alma de este grupo que nació en 1993 en el madrileño barrio de Lavapiés lamenta que no le hayan dejado marchar y ya ansía sacar su último trabajo para finiquitar su contrato.

Vetada ´No me llames iluso canción que ha llegado a detestar, el concierto gravitó en torno a Hotel Lichis , que publicó en septiembre del 2005 y con el que ha querido dar "un giro estilístico" a su carrera. De hecho, últimamente ha cambiado muchas cosas en su vida, empezando por la ciudad, al abandonar un Madrid que le asfixiaba para instalarse en Terrassa: "Quería volver a nacer y empezar de cero y qué mejor que volver a Barcelona, ciudad en la que ya nací una vez".

UN ESPURITU MUY INQUIETO

El autor de ´La lista de la compra´ se declara enemigo del conformismo: "Para seguir motivándome tengo que sorprenderme. Si no pudiera aportar algo diferente, me dedicaría a otra cosa". Su nuevo objetivo es "crear un solo estilo en el que quepan todas mis influencias, desde el jazz y el funky de los 70 al pop-rock británico, pasando por el lado más dramático de la copla". En repetidas ocasiones ha asegurado que su apuesta abrió el camino a grupos como Estopa o Melendi: "Sé que mi trabajo ha influenciado a muchos. Me siento honrado con Dani Flaco, por ejemplo, pero sin envidias ni malos rollos, ni me identifico ni me gustaría que me identificaran con otros".

En este sentido, y huyendo de polémicas, también reconoce que "la música no es de nadie, pertenece a la calle".