No fue necesario escuchar que "siempre quiso ir a L. A." para que miles de personas saltaran a su ritmo; Loquillo y los Trogloditas con Arte y Ensayo volvieron a hacer retumbar el escenario, sin olvidar a "ese chico tan raro con el que vas" y que todavía "para ser feliz quiere un camión".

Hace unos días, este grupo de "individualistas", como ellos se definen, subían al escenario de Extremúsika en el recinto hípico de Cáceres; un Loquillo que se extraña de la palabra "carroza"; que, de padre anarquista, opta por el "progresismo liberal"; que grita fuerte que tiene 45 años, "porque a partir de los 40 se hace mejor el amor", y que teme "al virus mutante del franquismo".

José María Sanz, Loquillo, responde pausadamente; con media sonrisa; envuelto en su traje negro y su camisa blanca de botones de perlas; mueve las manos y deja ver sus dos enormes anillos, y, mientras da una calada a un cigarro, dice que "no está fumando en el lugar de trabajo, porque esto no es un trabajo, es otro vicio más".

Sin decirlo, se sabe referente de una generación y de otras que están por venir, "porque yo elijo a mi público, el público no me elige a mí, es la diferencia con Operación Triunfo, una mayoría que no busca".

REFERENCIA DEL ROCK

Frente a esto, sonríe y dice que "es fantástico ser la mejor banda de rock and roll del país, somos una banda clásica y eso es lo más difícil de conseguir", sin embargo, se lamenta de que, en un momento en el que se tiene acceso a la información, sea cuando hay más ignorantes.

Acusa a los medios de comunicación y al poder de "crear figuras mediáticas; cualquier personaje del corazón es más importante que el descubridor de la vacuna de la malaria", pero reconoce que hay cientos de jóvenes comprometidos, trabajando en ONGs, asociaciones y política.

"Es una lástima -añade- que cuando en Francia los jóvenes salen a la calle para defender sus derechos, aquí salgan a beber; hay una gran diferencia, hay mucho trabajo por hacer, es necesario explicar la cultura, que la gente sepa que puede acceder a ella, pero, claro, al poder eso no le interesa".

Arte y Ensayo , el nuevo trabajo de Loquillo y los Trogloditas, se presenta, según explica, como una forma de entender la vida, que es la suya, "hace referencia al cine francés de la Nouvell y al cine americano independiente; identifica una manera de ser distinta".

Reitera como principio el individualismo, "no somos colectivistas, no somos hippies, no nos gusta el buen rollo; nuestro territorio es la ciudad y el teatro, la literatura, la poesía y el cine son nuestras referencias; Arte y Ensayo , es la relación entre ética y estética".

Se considera "al margen de la gran mayoría de los creadores porque nosotros siempre miramos hacia el norte, es nuestra cultura, es Irlanda, el pop británico, es Francia, no es el Sur".

Dice que cualquier actitud es política, porque no se puede permanecer al margen de nada, después de haber pasado "40 años teniendo que estar al margen".

En este sentido, no duda en referirse al escándalo de Marbella, una situación que califica de "un franquismo que aún sigue coleando, que muta, es un virus que ataca a mucha gente, ya sean de derechas o izquierdas".

Respecto a la industria discográfica, Loquillo afirma que "el negocio lo inventé yo; cuando empezamos no había nada, nosotros inventamos las compañías independientes".

No obstante, se reconoce sorprendido "porque los de tu generación usen a veces los mismos parámetros que los que usaba la España franquista, unos parámetros dirigidos a apagar al cultura".

Irónicamente se refiere a la Sociedad General de Autores, "¿no es una sociedad de gestión de los derechos de autor de los autores?", se pregunta, "el problema -añade- es que todavía no se han enterado de que los tiempos han cambiado, y que la libertad y la democracia no son patrimonio de la izquierda, son patrimonio de todos".

En este sentido, considera que es un error que en el siglo XXI haya personas que piensan que para ser demócrata o creer en la libertad hay que ser del Partido Comunista o del Partido Socialista; "se puede ser de ninguna parte y creer en eso".

No duda en hablar del estatuto catalán, a pesar de que su mánager le dice "cuidado", y afirma que "si yo veo que el estatuto puede ser insolidario con Extremadura o Andalucía o Castilla La Mancha, yo pagaré mis impuestos en Extremadura, en Andalucía o Castilla La Mancha, y eso lo tienen que saber, se debe saber que hay muchos catalanes que piensan como yo".