Nelson Mandela regresó el pasado 11 de junio por un día a la cárcel de la isla de Robben, en la que vivió un cautiverio de 27 años, para recibir la llama Olímpica, que da la vuelta al mundo camino de Grecia. Mandela esperó la antorcha vestido con un chándal rojo y azul. Era la primera vez que el fuego olímpico iluminaba Africa.