Rosana tiene suficientes hits en el zurrón como para apuntarse al típico grandes éxitos de turno y aprovecharse de la siempre rentable campaña navideña. Pero la cantautora exigió a su discográfica incluir en su primer recopilatorio "canciones inéditas", para aportar "algo fresco y diferente". El resultado es Marca registrada , un doble compacto con su reconocible sello, tanto en las 12 piezas ya famosas como en las 10 nuevas que completan el repertorio. Todas, por cierto, grabadas en directo, rizando el rizo de su propuesta, ya que se trata también del primer disco en directo de la artista canaria.

"Lo grabé en dos tandas, en el concierto de Manilva, en Málaga, y en el de Madrid --explica la cantante--. Y recuerdo un momento especialmente mágico, cuando encaré el micro al público, olvidándome de que no conocían la canción que estaba cantando, Tormenta de acero , y los 15.000 asistentes, afinando como sólo se puede afinar cuando hay tantísima gente, entonaron el final de la pieza".

Rosana saltó a la palestra con la etiqueta de cantautora colgada en el mástil de la guitarra y reventando el mercado con sus dos primeros discos superventas, Lunas rotas (1996) y Luna nueva (1998). Pero el panorama actual, observa, ha cambiado radicalmente. "Se ha implantado un mercado rápido, de usar y tirar, que no tiene sentido. Si uno no vende 15.000 ejemplares de un primer disco, no le dan otra oportunidad, con lo cual nunca podrá demostrar si realmente vale", se queja.

Para la autora de El talismán , esta "cruel" selección puede ser "más nefasta de lo que parece". y a modo de ejemplo, lanza la siguiente reflexión: "¿Te imaginas que hubieran tratado así a los clásicos? Con toda seguridad, ni la Novena sinfonía de Beethoven ni los Nocturnos de Chopin, por citar dos obras conocidas, hubieran existido nunca".

La cantante no entiende tampoco cómo determinados concursos son capaces de "jugar con las ilusiones" de "unos aspirantes a artistas" que "se creen, incluso, que valen, cuando a la mayoría de ellos lo que les espera es una realidad muy distinta a la que han vivido en la televisión". Y no sólo esto, "también juegan con las ilusiones de todas esas personas que creen apoyarlas, comprando su música sólo porque proviene de esos ídolos de turno".

Rosana prefiere apostar por las carreras de largo recorrido, y está dispuesta a continuar corriendo su particular maratón musical, aportando más dosis de canciones cálidas, con voz cómplice y pose de artista enrollada. Ella cuenta, además, con el impulso de una producción multinacional, pensada también para gustar a públicos de toda edad y condición. Pero Rosana está dispuesta a ayudar a los que empiezan "y tienen talento de verdad", puntualiza. Y quiere hacerlo a través de su discográfica, bautizada como su primer disco, Lunas rotas .