53 ballenas piloto murieron varadas en Nueva Zelanda un día después de que más de un centenar de cetáceos y delfines fallecieran por la misma causa en costas australianas. El líder de los Verdes australianos dice que puede ser consecuencia de las pruebas sísmicas realizadas en los océanos por empresas que buscan gas o petróleo. Sheryl Gibney, del Proyecto de rescate en envaramientos, apunta que las ballenas siguieran a un líder herido o enfermo.