Los Masters privados superan a los públicos en calidad y posibilidades en el mercado de trabajo

La reestructuración del panorama universitario con la aplicación de los planes de Bolonia y la creación de los estudios oficiales de posgrado, que se saldarán con el título de Master y de Doctor ha multiplicado las dudas de los estudiantes que no saben si decantarse por un Master oficial público o por uno propio privado. Lo que en principio queda claro es que los universitarios que deseen una formación superior van a tener que realizar un programa Master.

¿Elegir el público o el privado?

Esa parece ser la pregunta clave, aunque el estudiante se la podría formular de otra manera: ¿quiere acceder al mercado de trabajo o desea seguir una vida docente o dedicada a la investigación?

Ésta es una de las principales diferencias entre las dos modalidades, ya que mientras los oficiales públicos orientan al alumno al mundo de la enseñanza o como paso necesario para cursar el doctorado, los títulos privados están totalmente enfocados a que sus participantes accedan de una manera rápida y con garantías al mundo empresarial y al mercado de trabajo.

No en vano, aportar en el curriculum vitae un título Master de una Escuela de prestigio es un valor añadido que supone un alto reconocimiento por parte de las empresas que buscan incorporar personal.

Otra de las diferencias radica en los propios contenidos del programa. De este modo se observa que los Masters universitarios cuentan con una estructura que está regulada desde su creación, por lo que son mucho más rígidos que los privados y por lo tanto más difícilmente modificables.

Los Masters privados, por su parte, se amoldan a los nuevos tiempos y necesidades del mercado con total libertad, convirtiendo su programación anual en un ente vivo y flexible.

La tercera gran diferencia la se encuentra en el profesorado.

Los profesores de los programas públicos son, en su mayoría, los mismos que imparten clases en las titulaciones universitarias, lo que supone que el punto de vista es muy similar a lo que se ha estudiado en la carrera.

Por su parte, los programas privados cuentan con un claustro formado por profesionales de empresas, que aportan el punto de vista real del trabajo y de los procesos que tienen lugar en las organizaciones.

Por último, un aspecto que es clave en los Masters privados, como es la bolsa de empleo, empieza ahora a ofrecerse en los públicos. Se trata de uno de los principales activos de las Escuelas privadas, potenciado además por una relación con el entorno empresarial mucho más amplia que la que pueda ofrecer cualquier programa público.

Un largo camino por delante para los Masters públicos.

Analizando todas las variables, a día de hoy, los Masters privados cuentan con una gran ventaja sobre los públicos. A los títulos "oficiales‡" les queda aún camino por recorrer, deberán hacerse aún más competitivos y tardarán todavía algunos años en poner orden en un área en la que cada una de las universidades públicas va por libre, y donde ofrecen miles de programas, sin embargo, muchos de ellos están cuestionados por su calidad.