Desde que publicó su célebre novela en 1985, García Márquez ha rechazado decenas de propuestas para llevarla al cine. ¿Pesa mucho ser el hombre que lo ha logrado?

--Pesa muchísimo, demasiado, pero da igual. Ya sabía que iba a pasarme.

Aun así, aceptó el reto, ¿por qué?

--Por mis padres. Cuando me ofrecieron la película, hacía tres o cuatro años que mis padres habían muerto. Lo que siempre había sido un matrimonio feliz y estable se convirtió, en sus últimos compases, en una pareja llena de problemas y sobresaltos.

¿Qué pasó?

--Jamás pude entender qué les sucedió, así que me sentí cautivado por la oportunidad de explorar una historia en la que seguimos a dos amantes durante toda una vida, larga y emocionalmente tumultuosa, y que encierra un mensaje hermoso: vive la vida tan intensamente como seas capaz hasta el día de tu muerte.

¿Qué dificultades principales entraña adaptar una novela tan...?

--¿Epica? ¿Compleja? ¿Bien escrita?

Sí, todo eso.

--Yo no hablo una palabra de castellano, pero amigos míos que sí lo hablan me cuentan que el libro es muy rico a nivel lingüístico, porque usa numerosas versiones del castellano del siglo XIX, que se suceden a medida que la historia avanza en el tiempo. Traducir eso en una película es imposible, así como capturar todos los motivos y energías y amores y odios que coexisten en el relato. Por último, es muy difícil contar una historia que transcurre a lo largo de 50 años. Javier Bardem estaba muy asustado por si iba a resultar convincente en la piel de Florentino Ariza, caracterizado como un anciano. Yo no, porque es uno de los mejores actores que existen, y sé que puede hacer cualquier cosa.

Pero la idea inicial era que una estrella de Hollywood, y no él, protagonizara la película, ¿no es así?

--Bueno, Bardem ya casi lo es, ¿no es así? risas. Verá, si te gastas 50 millones de dólares en hacer lo que entendemos por una película seria, es muy difícil recuperar esa inversión en taquilla, a no ser que incluyas caras conocidas en el reparto. ´Contratamos a Brad Pitt para este papel, a Billy Bob Thornton para este otro, y listo´, ésa es la filosofía de Hollywood. Y eso es lo que intentamos hacer nosotros, particularmente en los papeles femeninos, pero resultó que todas las actrices estaban embarazadas. Algunas habrían aceptado dar a luz hasta en Namibia, pero ninguna quería hacerlo en Colombia. Así que decidimos buscar al reparto más adecuado, es decir, los mejores actores latinos disponibles.

Pero, dado que la película se rodó en inglés y no en castellano, en realidad daba lo mismo que los actores fueran latinos o no.

--No creo que Hollywood se hubiera atrevido a rodarla en castellano. Y, para ser sincero, yo tampoco. Quizá debí rechazar esta película, y durante un tiempo me sentí mal por no haberlo hecho, pero me pudo el egoísmo. Además, tras rodar la cuarta entrega de Harry Potter, quise hacer algo completamente diferente.

En realidad, todas sus películas son muy diferentes. ¿No repetirse es para usted una prioridad?

--Me temo que sí me repito. Todas mis películas se encuadran en un mismo contexto. Yo estudié literatura inglesa en la universidad, así que estoy muy familiarizado con la figura del personaje. Para mí, el personaje es la base a partir de la que construir la historia, y todas mis películas se sustentan sobre personajes consistentes: Harry Potter, Donnie Brasco, Charles, protagonista de Cuatro bodas y un funeral y, por supuesto, Florentino Ariza. Creo que, de hecho, todos mis filmes cuentan la misma historia: un hombre bueno condenado a sufrir.