No todo el mundo puede tocar en el metro de París. Quien quiera apostarse con su música en los pasillos de la red parisina (300 estaciones) debe superar un casting . Sí, una selección, como si fuera Operación Triunfo , solo que aquí el jurado son los trabajadores del metro y, los elegidos, muchos más. Entre más de 900 candidatos, la empresa pública del transporte subterráneo, la RATP, otorga un pase oficial, cada seis meses, a 350 músicos.

"A mí me trajo aquí un poli", cuenta Chérif M´Baw. Harto de que no le dejaran tocar en el metro, este senegalés de 37 años decidió hacerle caso al agente que lo desalojaba. "Te voy a presentar a Antoine", le dijo. Antoine Naso es el responsable de Espace métro accords , la sección de la RATP dedicada a la promoción de la música que ha convertido el subsuelo de París en una auténtica plataforma de lanzamiento de talentos.

M´Baw fue a ver a Naso, y así nació la carrera musical de Chérif, que está grabando su segundo álbum y ya ha tocado dos veces en el Olympia. Una de sus cualidades es que compone e iterpreta su propia música, un "swing andaluz-senegalés". Un productor de Warner le oyó en la estación de Saint Lazare y en el 2000 grabó su primer CD, del que se han vendido 8.000 unidades, 4.000 de ellas en Japón. "No he estado nunca allí, pero un equipo de televisión japonesa cogió mi música para la elaboración de un documental y tuvo éxito", relata M´Baw, que recientemente acudió al casting para renovar su permiso.

¿Por qué seguir tocando en el metro si no lo necesita para vivir? "Es un ensayo pagado con público, además de un lugar donde hacer contactos", argumentan M´Baw y otros veteranos de las audiciones, como Aurora, violinista de 28 años e integrante del grupo OPUS 4 de música clásica. "Adoro tocar en el metro; nos enseña a conocer la reacción de todo tipo de público", asegura la joven. Ambos pueden ganar hasta 80 euros tras dos horas de ensayo en una estación concurrida.

"nuestro sistema de casting funciona desde 1997 y lo están copiando Rotterdam, Londres, Tokio y Osaka", se enorgullece Antoine. ¿Regular a los músicos callejeros no es como querer poner puertas al campo? "Al contrario, garantiza que puedan tocar libre y tranquilamente; que no sean víctimas, como ocurre en otras ciudades, de pequeñas mafias que cobran un peaje a los músicos", afirma Miguel Sánchez, un cineasta que elabora un documental sobre el metro.