"Decidí entrar en las adoratrices Perpetuas a los 24 años para quedarme con El día y noche adorándole". Son las palabras de María Teresita, una chica de Ruanda que, con otras cinco compañeras, llegó en 1995 al convento de clausura de las sacramentarias de Vic. El monasterio cuenta con 19 hermanas: 9 de Ruanda, 2 de México una de Perú y siete españolas, procedentes de Cataluña, entre ellas, la madre superiora que tiene 75 años.