Pablo Milanés tenía solo 6 años cuando su madre lo llevó a un concurso de radio. Cantó una ranchera vestido de charro. "Tenía que sacar el revólver, pero se me trabó la mano y no me salió. El piano siguió por su lado hasta que lo logré. Menos mal que entré a tiempo". Se fue a casa con el primer premio. Y con la lección aprendida: la canción es la mejor arma, "la única infalible". El precoz artista aprendió rápidamente a ser cronista y protagonista de su época. Como patriarca de la nueva trova, sigue infatigablemente defendiendo la revolución y escribiendo sobre el amor. Se ha casado cuatro veces (tiene dónde inspirarse)

Tengo entendido que Yolanda fue su segunda esposa. Y que inspirándose en ella también compuso ´Yo no te pido´...

--Nos casamos en el 68 y vivimos felices muchos años. Aún le dedico esas canciones con el grandísimo amor con que fueron escritas.

¿Y cómo surgió el contundente himno contra Pinochet ´Yo pisaré las calles nuevamente´?

--La hice el mismo 5 de octubre de 1974, cuando escuché que la policía secreta del régimen había acribillado en plena calle a Miguel Enríquez Espinoza, secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria. Me fui a mi habitación y en 10 minutos había escrito la letra y la música. Llorando. Pocas veces he contado esto. Me emociona que la gente la siga tomando como un símbolo, como un himno.

¿Y se pisarán las calles nuevamente cuando muera Fidel?

---Fidel es otra imagen; otro símbolo. Para mí, el de la dignidad ante el imperialismo, ante la prepotencia de los norteamericanos. Fidel enseñó al pueblo cubano a tener más dignidad de la que tenía, independientemente de sus errores.

¿Cree que Estados Unidos ya se frota las manos pensando en la muerte de Castro?

--Sin lugar a dudas, allí es donde más se especula sobre su enfermedad, aunque creo que ya tienen conciencia de que va a haber una sucesión discreta, estable. Sin ningún movimiento que genere una intervención. Nada más alejado que esa posibilidad. El Estado ya indicó que su enfermedad sería un tema secreto para evitar manipulaciones y tergiversaciones. Y los cubanos colaboramos en que así sea.

¿Qué futuro augura a su isla?

--La asunción del poder por parte de Raúl Castro se hace, insisto, de forma discreta, con su estilo y forma de gobernar propios, pero manteniendo el liderazgo de la revolución. La oposición más recalcitrante instalada en Miami vivió el anuncio de la enfermedad con euforia porque creía que estaba frente al desmoronamiento de la revolución, pero ya comprendieron que no va a ser así. Los cambios que puedan haber no afectarán a la integridad del país ni propiciarán la llegada de los americanos en tres días.

Usted, hijo de esclavos, nació y creció arrullado por las mil músicas que fluyen del Caribe...

--Cuba es, históricamente, un caudal de música que no cesa. Una enorme fábrica de talentos. En el Caribe, durante el siglo XVI, se dieron cita todas las culturas del mundo.

El apellido Milanés proviene de su madre, ¿verdad?

--Sí, era una modista que dio sustento a sus cinco hijos cosiendo en barrios burgueses. El apellido se fue transmitiendo por línea materna. En mi familia las mujeres son las que mandan.

"Nos vamos poniendo viejos...", canta en ´Años´. ¿Qué tal anda de salud?

--Se ha especulado sobre mis operaciones. Y todo es falso. Tengo problemas en las caderas, pero mi salud no peligra. He sufrido operaciones difíciles pero un doctor estadounidense extraordinario me ha puesto una prótesis en la cadera y me ha dejado perfecto. Después de 20 años, no tengo dolor. Llevo desde los 17 años escribiendo sobre el dolor y la muerte porque son temas que me aterran.

Hábleme del disco que va a grabar con Chucho Valdés. ¿Supondrá un giro jazzístico?

--Tengo 10 canciones musicalizadas por Chucho y ocho las tenemos ya casi listas. Espero acabar el disco en febrero, y luego ya vendrá el proceso de producción. Creo que él es un gran pianista que aporta muchas cosas a mi obra.

Empezó el 2007 con dos Grammy Latinos en el zurrón. ¿Qué suponen para usted este tipo de reconocimientos?

--No creo mucho en los premios, la verdad. Me pusieron sin querer a concursar y gané. Lo excepcional no fue tanto el galardón sino con quién competía: Chico Buarque, León Gieco, Iván Lins y Joaquín Sabina. Me lo llevé yo con Como un campo de maíz y sí, fue un honor. Encima, luego llegó el premio al mejor disco tropical por AM/PM Líneas paralelas , que grabé con Andy Montañez. Un doble reconocimiento.

Tiene 63 años. ¿Alguna otra cima por coronar?

--No me marco metas. Todo va sucediendo a medida en que lo voy deseando. Es una forma de vivir que, hasta ahora, me hace feliz. Bueno, sí tengo una ambición: seguir llegando a todo el público, a todas las ciudades. Creo que es una suerte que a mis 63 años la gente quiera seguir escuchando mis canciones, que no me falte trabajo.

¿Qué principio rige su vida?

--Ser como soy, no traicionarme.