Tras cuatro años de trabajo, el Laboratorio de Radiactividad Ambiental de la Universidad de Extremadura (LARUEX) obtuvo el pasado 25 de enero la acreditación de la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) que habilita a este grupo de investigación a realizar ensayos de radiactividad en aguas. En la actualidad, en España tan solo existen ocho laboratorios que disfruten de esta acreditación para analizar muestras de agua de consumo humano.

La acreditación responde a las exigencias establecidas en el Real Decreto 140 del año 2003 --fruto de la transposición de una Directiva de la Unión Europea-- por el que se establecen los criterios sanitarios de la calidad del agua de consumo humano. El equipo del LARUEX, formado por 15 personas, ha efectuado más de 200 procedimientos durante los últimos cuatro años para conseguir esta distinción. "Supone culminar una etapa de trabajo muy duro" manifiesta Antonio Baeza, Director del LAUREX, "a partir de ahí, lo que intentaremos es obtener más capacidades analíticas para nuestro laboratorio, es decir prestar nuevos servicios bajo esa marca de calidad y tratar de conseguir esa acreditación para otro tipo de muestras".

La confidencialidad siempre está garantizada en la labor diaria de este grupo de investigación. Cuando una muestra de agua llega al laboratorio de radioquímica se encripta para no condicionar los resultados. "Garantiza que nadie conozca la procedencia de la muestra", explica Baeza. Sin embargo, su cometido no se estima peligroso porque "trabajan sobre ceros". Tras pasar por el laboratorio de radioquímica, las muestras acaban en el laboratorio de instrumentación nuclear, donde diferentes detectores analizan la radiactividad.

Una vez efectuados los análisis, se casan los resultados con los datos del cliente. Si los niveles están por debajo de los índices paramétricos que marca el Real Decreto, el agua es inocua desde el punto de vista radioactivo.

Los orígenes del grupo de investigación LARUEX se remontan al año 1985, aunque no es hasta 1995 cuando se hacen conocer por el nombre actual. Antonio Baeza señala orgulloso que la factura número dos de la Universidad de Extremadura fue a raíz de un contrato de LARUEX. En sus más de veinte años de existencia ha logrado traer a la Uex más de seis millones de euros.

Este grupo de investigación se distingue además porque ningún día puede abandonar su función, "trabaja los 365 días del año". En la actualidad, se ubica en las instalaciones de la Facultad de Veterinaria del campus cacereño.

RED DE ALERTA RADIOLOGICA

En la Facultad de Veterinaria también se encuentra enclavado el Centro Logístico de la Red de Alerta Radiológica de Extremadura, que gestiona el grupo LARUEX para la Junta de Extremadura y el Consejo de Seguridad Nuclear.

La red está compuesta por un total de quince estaciones, trece de ellas en poblaciones del entorno de la Central Nuclear de Almaraz. Las otras dos se sitúan en Malcocinado, municipio extremeño cercano al cementerio nuclear de El Cabril y en Fregenal de la Sierra, como consecuencia del movimiento industrial de la zona.

"El funcionamiento del sistema conceptualmente es muy sencillo" subraya el director del LARUEX. En cada estación, explica, existen una serie de detectores que recogen constantemente información de las características radiológicas que hay en el entorno y en tiempo prácticamente real lo envían al Centro Logístico de Cáceres. Si los valores que se obtienen se encuentran dentro de los parámetros normales, al final del día se remiten resúmenes tanto al Consejo de Seguridad Nuclear como a la Junta de Extremadura. En el supuesto de que los valores se consideren anómalos, se establece conexión automática con los responsables de la Consejería de Industria, Energía y Medio Ambiente, encargados de gestionar desde el punto de vista decisorio la Red de Alerta Radiológica. "Nosotros lo que hacemos es obtener los valores, encargarnos del funcionamiento, garantizar que el sistema va a funcionar bajo cualquier condición y que los valores que se detectan corresponden realmente a los que se están registrando" aclara el profesor Baeza.

Desde una perspectiva de radiación natural, la comunidad autónoma de Extremadura mantiene niveles por encima de la media española, debido a la composición granítica de los suelos de la región.