Frank M. Rinderknech presentó en el Salón de Ginebra su última creación, el primer coche submarino de la historia, que además funciona. Puede sumergirse (hasta diez metros de profundidad y viajar a 3 Km/h), rodar sobre asfalto (a 120 Km/h) y navegar sobre el agua (a 6 Km/h). Es un roadster descapotable cargado de ideas, sensores de radar, tejido especial, salpicadero futurista... un sueño.