Investigadora extremeña de pura cepa (nacida en Mérida, se doctoró y ejerce su labor como docente e investigadora en la Facultad de Ciencias de la Uex), Pilar Blanco recibió la semana pasada el premio Juan Jesús Morales a la investigación científica, que se une a su ya notablemente laureado currículo. Este último galardón reconoce la labor investigadora de los profesores que, como el antiguo miembro de la facultad pacense --fallecido hace una década--, desarrollan su labor docente e investigadora en este centro extremeño. Pilar Blanco ha publicado una veintena de trabajos de investigación en revistas internacionales.

Es un honor recibir un premio dedicado a un profesor que admira.

--Sí, es un honor porque considero que representa precisamente una historia docente investigadora brillante y que me lo den a mí es un orgullo, claro.

Sin embargo, no es su primer galardón, a pesar de que aún es una joven investigadora.

--Lo cierto es que he ido recibiendo premios a lo largo de mi carrera profesional, pero sobre todo por méritos académicos, como también en la tesis doctoral. Pero en este caso se reconoce fundamentalmente mi trayectoria de investigación, que es mucho más difícil de evaluar, por lo que me hace mucha más ilusión.

Una labor que, de momento, ha desarrollado completamente en Extremadura.

--Sí, hasta ahora he trabajado únicamente aquí.

¿Piensa que los investigadores extremeños cuentan con suficientes recursos?

--Creo que últimamente los investigadores sí están recibiendo mucho apoyo, no solamente para la investigación como tal, sino para los jóvenes investigadores. Me parece que lo que hace falta es que los estudiantes se queden, ya que hay pocos alumnos en estas carreras y, además, no optan por investigar.

Una opción que eligió y que le ha llevado a participar en 8 proyectos de investigación. ¿Cuáles están activos?

--Nosotros trabajamos fundamentalmente el campo de la radiactividad natural y ahora mismo estamos ensayando una línea que trata de analizar la viabilidad de utilizar plantas para la descontaminación radiactiva. Un método que sería barato y además muy ecológico.

¿Dónde se encuentra ese tipo de radiactividad natural?

--Pues está en el medioambiente, ya que es natural, como su propio nombre indica. Todos los materiales nucleares tienen radiactividad, tienen isótopos radiactivos, lo que pasa es que los niveles suelen ser lo suficientemente bajos como para no ser peligrosos para el hombre. Hay situaciones especiales en las que, debido a procesos de minería o a otros tipos de manipulaciones humanas, ese material se concentra y se puede llegar a contaminar con material natural.

Ya su primer trabajo estaba relacionado con este ámbito, ¿no?

--Así es, versaba sobre la determinación absoluta de actividades de emisores alfa. En concreto, analiza la espectometría alfa, que es una técnica para medir radionúcleos emisores alfa, es decir, la radiactividad que emiten los elementos.

¿Por qué se interesó por este tema inicialmente?

--Porque obtuve una beca de colaboración el último curso de la carrera, cuando aún era estudiante, y caí en ese área y comencé a interesarme por ese tipo de investigaciones y continué, continué, hasta hoy.

Incluso, para elaborar su tesis, no dudó en hacer sus mediciones en una mina de uranio.

--Sí, tuve oportunidad de visitar una mina de este elemento, de las muchas que hubo en Extremadura en los años 60, antes de que la rehabilitaran (es decir, bloquearan su acceso). En estas zonas, los niveles de radiactividad son más elevados, pero tampoco mayores que los que se encuentran en otras áreas, las graníticas por ejemplo.

Una empresa canadiense se ha interesado por explotar el uranio de una reserva cercana a Don Benito. ¿Sería peligroso?

--Me extraña ese interés, porque las minas que hay aquí ya no son suficientemente rentables como para explotarlas. Hay minas mucho más ricas en otros países, como Canadá o países del sur de Africa. Pero, de todas formas, no sería peligroso, porque estas zonas presentan concentraciones naturales de radiactividad.