Harold Bloom (Nueva York, 1930), posiblemente el crítico literario más influyente de los últimos años, considera que "el mayor daño que se ha hecho a la crítica literaria es su politización". Una idea que reiteró el pasado lunes, durante la presentación de su último libro ¿Dónde se encuentra la sabiduría? , publicado en castellano por Taurus. La paradoja es que Bloom acabó convirtiendo su intervención en una mordaz reflexión política sobre el mundo actual y, en particular, sobre el Gobierno de Bush. "Soy pesimista, estoy sumido en la desesperación porque tenemos el régimen más estúpido de nuestra historia", señaló Bloom en el Instituto Cervantes de Nueva York, para añadir: "Tengo la horrible sensación de que en EEUU ya no hay democracia, sino una combinación de teocracia y plutocracia".

Lanzó esta última afirmación para argumentar sus dudas sobre si la educación democrática tendrá éxito frente a la era de la pantalla, sobre el interés de los jóvenes en encontrar la sabiduría y sobre la amenaza de internet. "El predominio de los medios audiovisuales hace que miles de jóvenes vean mermada su capacidad de leer seriamente. Estamos bombardeados por las imágenes, pero eso no significa que mis alumnos en Yale, donde pretendo enseñar hasta que ya no pueda más, no sean igual de inteligentes que los que he tenido en mis 54 años de profesor".

EL MAR DE INTERNET

Para Bloom, la amenaza no viene tanto de la televisión, sino de "ese vasto mar, gris y amorfo, que es internet, donde el usuario debe ser muy ducho y avezado para no ahogarse". En referencia a la lectura, Bloom subrayó que es una vocación desde la infancia. "Y eso --agregó-- no creo que muera".

Y es esa pasión por la literatura la que ha llevado a este autor de otros 25 títulos a escribir, a sus 75 años, un libro en el que, a través de los pensadores de occidente, intenta explicar dónde y cómo se encuentra la sabiduría. El impulso de repasar las claves de la literatura, desde la Biblia al siglo XX, le llegó después de unos importantes problemas de salud y a partir de la intuición de "un cercano encuentro con la muerte". En ese momento, Bloom ya llevaba más de medio libro escrito, pero decidió comenzar de nuevo y echar mano de los grandes autores. Así, en ¿Dónde se encuentra la sabiduría? establece comparaciones entre el Libro de Job y el Eclesiastés, entre Platón y Homero, Montaigne y Bacon, Johnson y Goethe, Emerson y Nietzsche, Freud y Proust. Y, por supuesto, entre Cervantes y Shakespeare.

"El autor de Hamlet nos enseña cómo hablar con nosotros mismos, pero no con los demás. Cervantes sí lo hace, a través de las conversaciones entre el caballero y Sancho. Si yo hubiera hablado con la misma apertura que Don Quijote y su fiel escudero, habría aprendido a vivir mejor".

Bloom cerró su presentación con una nota de "triste ironía" sobre la ley de matrimonios entre homosexuales, de la que dijo que "a quien más beneficia es a los abogados especializados en divorcios".