Los habitantes de Suráfrica, Australia, el sureste asiático y los militares, científicos y operarios que trabajan en la Antártida fueron los únicos que pudieron contemplar el 26 de enero el primer eclipse solar del año, que duró 7 minutos y 54 segundos. El fenómeno astronómico fue en esta ocasión de tipo anular, que se produce cuando la Luna está más alejada de la Tierra.