Ahora que se acercan los exámenes se puede comprobar como los alumnos/as van de un lado a otro preocupados, haciéndose miles de preguntas sobre cómo serán sus exámenes, cómo se les va a evaluar y qué nota final obtendrán.

Los profesores dicen evaluar todo lo que atañe al trabajo realizado durante todo el tiempo en la asignatura, pero en realidad, lo que realmente se valora es el resultado final del examen ya sea oral o escrito.

Durante todo el tiempo que se imparte la asignatura, te hacen creer que los trabajos que se realizan, la participación en clase e incluso la asistencia se valorará en la nota final.

Pero hemos comprobado que una vez obtenida la nota del examen queda en el olvido la participación, trabajos, lecturas... dándose como nota final esa misma nota del examen, algo que nos parece injusto ya que es inútil el esfuerzo que se ha realizado durante todo el curso o cuatrimestre, jugándose todo en un examen, en el que no se demuestra verdaderamente lo que se sabe ya que los nervios juegan muy malas pasadas.

La realidad es que todos dicen ser justos, innovadores y aceptar un abanico abierto de posibilidades para cambiar su sistema de evaluación por otro mejor.

Pero año tras año siguen dando la misma materia de la misma forma, con los mismos métodos y con el mismo sistema de evaluación, contradiciendo esto, todos esos principios que dicen tener.

Nos gustaría que los profesores de la Facultad de Educación fueran un ejemplo a seguir por todos los alumnos/as aplicándose a ellos mismos esos criterios que pretendan que nosotros apliquemos en un futuro.