Cuatro cursos han sido suficientes para demostrar que la iniciativa del campus virtual puesta en marcha por el Grupo 9 (G-9) ha sido una apuesta acertada de las universidades que lo conforman, únicas en su comunidad autónoma: Extremadura, Zaragoza, Baleares, País Vasco, Cantabria, Castilla-La Mancha, Navarra, Oviedo y La Rioja.

La progresión de los estudiantes extremeños que cursan a través de la red una de las 55 asignaturas de libre elección que oferta el G-9 es un claro ejemplo de la aceptación de esta iniciativa, que nace con la filosofía de primar la tutoría sobre las clases presenciales. Así, 402 universitarios de la región --178 más que el curso pasado-- se han matriculado en otras universidades del G-9, según asegura Pedro Corcho, administrador del campus virtual de la Uex. Aún no están disponibles los datos de los estudiantes foráneos y de los de la propia universidad extremeña matriculados este curso en alguna de las ocho asignaturas impartidas desde la Uex, pero el curso pasado (cuando sólo ofertaron 5 materias) esta cifra ascendió a 375 alumnos.

Roberto Rodríguez Etchevarría, director del Secretariado de Nuevas Tecnologías y Recursos Virtuales de la Uex, explica que tienen un proyecto para potenciar la preparación del profesorado respecto a las nuevas tecnologías. De hecho, en torno al 60% de los docentes del G-9 que han impartido alguna de estas asignaturas en cursos anteriores consideran que es necesario una formación previa para llevar a cabo esta tarea. En cambio, más del 80% de los estudiantes que han cursado algunas de las asignaturas del campus virtual creen tener los conocimientos suficientes para desenvolverse con soltura en internet.

Así lo corrobora David Serrano, un estudiante de Veterinaria de la Uex que el curso pasado hizo a través del campus virtual una asignatura de libre configuración en Castilla-La Mancha y otra en Zaragoza.

LEJOS DE SER MARIAS

"De marías nada, yo suspendí una de las asignaturas", dice Serrano, que cuando se matriculó lo hizo con la idea de que aprobar sería más fácil. La evaluación de una de esas materias fue a través de trabajos. "Estás los cuatro meses liado, al final pensé que hubiera sido mejor coger una asignatura de aquí".

No obstante, reconoce que "al final aprendes más". Para aprobar la otra tuvo que superar un examen tipo test. No obstante y a pesar del esfuerzo que le supuso, asegura que repetiría la experiencia, al igual que casi el 90% de los universitarios pertenecientes al G-9 que han formado parte del campus virtual.

David Serrano optó por cursar estas asignaturas a través de la red para no tener que depender de unos horarios. El no tiene ordenador en el piso de estudiantes en el que vive en Cáceres por lo que trabajó desde el aula de informática de Veterinaria. La mayoría de estudiantes que han participado en esta iniciativa dice dedicar entre una y cinco horas semanales a cada asignatura. Haciendo sus cálculos, Serrano cree que ha trabajado más para aprobar las materias del campus virtual que si se hubiera matriculado en las de libre configuración que oferta la Uex.

Entre los aspectos negativos, Serrano apunta que tuvo que esperar más de la cuenta para conocer una nota.

Esta experiencia obliga a los profesores a llevar un seguimiento más individualizado de sus alumnos. Así lo cree Eloy Martos que junto a Angel Suárez (departamento de Didáctica de la Lengua de la Facultad de Educación en Badajoz) imparte en el campus virtual una de las asignaturas estrella de la Uex: Lectura, internet y animación lectora. El curso pasado se matricularon en ella 112 estudiantes.

Martos cree que los recursos que ofrece internet están infrautilizados ya que se suele relacionar con el ocio. "Los alumnos están muy acostumbrados a la enseñanza presencial y los profesores más todavía. Pero la enseñanza virtual es más abierta", dice este profesor que asegura contestar en ocasiones a sus alumnos virtuales en domingo o a las cuatro de la madrugada. "El tutor es más importante que el profesor", siguiendo esta máxima plantea su asignatura en la red asegurando que a los alumnos se les exige mucho esfuerzo.

Este docente indica que uno de los escollos que debía superar era la soledad con la que un estudiante enfrenta una asignatura de estas características por lo que el profesor debe emplear bastante tiempo elaborando materiales didácticos. "Sin clase presencial no significa que sea despersonalizado", dice.

No obstante, asegura que aunque lo intenta no puede impedir que los estudiantes extremeños que cursan su asignatura en el campus virtual acudan de vez en cuando al departamento en lugar de enviarle un correo electrónico.

Martos también destaca la importancia del foro con el que cuenta cada asignatura, "se forma una pequeña comunidad virtual que yo llamo el cuchicheo de la clase".

Del G-9, el País Vasco es la universidad que más estudiantes tenía el curso pasado en el campus virtual, un 17%, seguida de Zaragoza (16%) y Extremadura, Navarra y Oviedo (13%). Los estudiantes cántabros eran el 9% de todos los alumnos del campus virtual, Castilla la Mancha y Baleares tenían un 8% y La Rioja un 3%.