Pasar la convocatoria especial de exámenes de septiembre al mes de julio y comenzar el curso un mes antes de lo habitual son dos de los puntos que debate actualmente la Universidad de Vigo enmarcados en una propuesta de cambio del calendario académico. Los defensores de la propuesta aseguran que de este modo los estudiantes podrían disfrutar de sus vacaciones veraniegas sin tener que evaluarse después.

De momento, la formulación de un nuevo calendario sólo se está planteando en España en esta universidad gallega y en la Autónoma de Madrid, pero en un futuro esta iniciativa se podría extender a otras instituciones de enseñanza superior.

El Consejo de Gobierno de la Universidad de Vigo analizó la citada propuesta el pasado jueves, una iniciativa que después fue remitida a las otras dos universidades gallegas y a la Consellería de Educación con el objetivo de que se establezcan las modificaciones que el nuevo calendario implique también en las pruebas de acceso a la universidad.

Este calendario se votará para su aprobación en la próxima reunión del Consejo de Gobierno y pretende mantener la continuidad en los períodos docentes, racionalizar los lectivos y garantizar la convergencia con el Espacio Europeo de Enseñanza Superior (EEES).

Así lo indicó a Efe el comisionado para el EEES en Vigo, Manuel Fernández, quien explicó que el nuevo calendario divide los períodos de formación en dos cuatrimestres. El primero desde el 1 de septiembre a mediados de diciembre y el segundo desde el 15 de enero hasta mayo.

La primera convocatoria de exámenes se adelantaría a fechas próximas a las vacaciones navideñas --aunque podría prolongarse hasta la segunda semana de enero--, y la convocatoria final se celebraría en mayo. De esta forma, la propuesta recoge que en julio se realizaría la evaluación extraordinaria.

Con las nuevas fechas, las vacaciones de los estudiantes sumarían de dos a tres semanas en Navidad, siete días en Semana Santa y desde finales del mes de julio hasta principios de septiembre, sin exámenes en esa época.

Según Fernández, la ventaja es que los dos cuatrimestres "están compensados", lo que facilita la "planificación".