Ziad Doueiri, cámara de Quentin Tarantino en Reservoir dogs, Pulp fiction, Jackie Brown y Four rooms , se adentra en el mundo de la sensualidad y de la provocación erótica como director de Lila dice . Su segundo filme, después de West Beirut , es una adaptación libre de la novela francesa de título homónimo, un éxito de ventas en varios países europeos del que nunca se ha desvelado la identidad del autor. Toda una leyenda.

Este relato, firmado en 1996 por Chimo, versa sobre una chica polaca de 16 años, rubia y muy especial, que seduce a un árabe de 19 años con insinuante desinhibición, palabras intensas y frases bien explícitas.

Vahina Giocante es Lila. "Una mujer aérea, algo inaccesible, que llega al límite de lo aceptado simplemente porque no sabe comunicarse de otro modo", según la define la joven promesa del cine francés, que tuvo un pequeño papel en Soldados de Salamina . En la película de David Trueba, era la asistente social que en la residencia de ancianos de Dijon cuidaba del señor Miralles, personaje que interpretó Joan Dalmau. "Adoro a Trueba. Tiene talento. Pero nunca he visto la película. ¿Gustó?", pregunta Giocante.

CLIMA Y SABER ESTAR

Para encontrar a Lila, Doueiri convocó un casting al que asistieron 200 actrices. "Tenía que transmitir sensualidad por todos los poros de su piel. Pero nada vulgar. Eso nace de cierto clima, del movimiento, de un saber estar. Es como la elegancia: tiene que ser natural", argumenta el director nacido en 1963 en Líbano, de donde huyó a los 18 años para estudiar cine en Los Angeles.

Allí conoció a Tarantino, con quien mantiene una amistad.

Lila, dice, aborda el miedo a la diferencia, el racismo y el integrismo. Todo contextualizado en un barrio periférico de Marsella.

"Fue una película difícil desde muchos puntos de vista", asegura, en parte porque no consiguió financiación en Estados Unidos. "Conozco Hollywood. Allí no tienen miedo a los temas políticos, a excepción de uno que les da pavor: todo lo referente a Oriente Medio, que esté ligado al holocausto o al conflicto árabe-israelí", explica el realizador, que lamenta no poder filmar una película sobre la comunidad árabe que habita en Norteamérica. "No se ha hecho nunca".

Con el telón político de fondo, lo más explícito de Lila es la iniciación sexual de adolescentes.