Un férreo control de seguridad para la prensa, numerosos guardaespaldas, detector de metales, teléfonos móviles requisados, visor nocturno para vigilar a los periodistas durante la proyección, seis automóviles Mercedes de color negro y la novia, Katie Holmes... Esta fue el impresionante aparato que acompañó a Tom Cruise durante las 24 horas que pasó en Madrid para promocionar La guerra de los mundos , último filme que protagoniza y produce el actor, dirigido por Steven Spielberg, que se estrenará mundialmente el próximo día 29.

En su última etapa promocional por las capitales europeas, Cruise desplegó todos sus encantos, pero habló poco del filme y mucho de la iglesia de la Cienciología, de la que es uno de sus principales activistas en Hollywood. "Soy alguien comprometido con la gente", dijo.

La que será su futura esposa, la actriz Katie Holmes, ha sido su fiel sombra en esta gira. La pasada semana incluso se vistió como él: pantalón vaquero desgastado y camisa negra. Cruise calzaba botas camperas y Katie, bailarinas negras. Iba poco maquillada y apenas peinada pero sonrió en todo momento, incluso ante la programada sesión de autógrafos para personas que tenían un asiento reservado para aplaudir al actor.

Presentado como "la megaestrella planetaria", se mostró como un acérrimo defensor de la familia y estuvo demoledor con la psiquiatría --"no es una ciencia"-- y los psiquiatras --"han hecho mucho daño"--. En un arranque de realismo reconoció que su profesión le permite "ganar mucho dinero y también a la gente ganar mucho dinero conmigo".

ROBO DE PELICULAS

Antes de acudir al Planetario madrileño --era obligatorio viajar en autobuses de la organización-- para asistir a la rueda de prensa, los periodistas fueron sometidos a una exigente inspección para evitar que piratearan la película. Hasta tal punto llegó la actitud de la seguridad privada que a algunos colegas se les impidió ir al lavabo. "Es una lástima pero hay mucha gente que roba y luego lo vende por la calle, y hay que proteger al cine", justificó el protagonista de Misión imposible .

La guerra de los mundos de Cruise --en los carteles su nombre ocupa el doble que el del afamado realizador-- está basada en el clásico de H.G. Wells, del que se citan literalmente las palabras que abren y cierran el filme. Sin embargo, apenas recuerda a la versión radiofónica que hizo famoso a un joven Orson Welles en 1938 y a la cinta que rodó Byron Haskin en 1953, un clásico de serie B. Como novedad, algunos personajes citan a "los terroristas" para tratar de explicarse la destrucción que les rodea.

El ex de Penélope Cruz, que aparece en casi todas las secuencias, da vida a un nada modélico padre divorciado que se encarga de sus hijos minutos antes de que el asfalto de Nueva York se resquebraje y aparezca el monstruo. En un particular resumen de la trama, Cruise explicó que "E.T. se ha vuelto un gánster; ha llamado a casa y le han venido a ver unos cuantos malos".

Pero para esta estrella del celuloide la clave del filme está en el tratamiento que el realizador ha dado a este clásico. Del "magnífico" y "brillante" cineasta --Spielberg--, que le dirigió por primera vez en Minority report , le gusta especialmente "lo eficaz que es para contar una historia".