El grupo Quercus Software Engineering nació a finales del 95 en la Escuela Politécnica de la Universidad de Extremadura y está coordinado por Juan M. Hernández Núñez. En ese momento comienzan en la escuela los estudios de Segundo y Tercer Ciclo; hay un incremento notable de profesorado y empiezan a dirigir tesis doctorales. Más tarde se incorpora Fernando Sánchez Figueroa, actual Vicerrector de Nuevas Tecnologías y Política Informática de la UEx, que fue el primer doctor en Informática por esta universidad y Juan Manuel Murillo. Los tres empezaron a dar forma al Departamento creado en 1989. Años después llega Adolfo Lozano Tello, doctor en Informática, y desde ese momento se irán incorporando personas al equipo de tal forma que en 10 años, son 20 profesores investigadores, cinco personas contratadas y una treintena de becarios en la Factoría de Software, que pasan a personal contratado.

Hasta el momento se han defendido seis tesis doctorales, otras dos se encuentran actualmente en escritura y diez más están en desarrollo, en todos los casos, por parte de futuros doctores y doctoras que tienen ya el DEA (Diploma de Estudios Avanzados). El avance ha sido espectacular. Según explica el coordinador "en los 10 últimos años hemos estado gestionando de manera directa unos 624.000 euros del Plan Nacional y del Plan Regional, más 547.000 euros en contratos con empresas y a través de la Sociedad Digital de Autores y Editores hay más fondos gestionados". En total, casi 1,2 millones de euros.

Todos coinciden que el éxito y evolución del grupo se debe al esfuerzo realizado. Destacan la importancia del contacto con otros grupos tanto a escala nacional como internacionales, como el de Ingeniería de Software de la Universidad de Málaga o las colaboraciones con universidades de Portugal, Inglaterra o Francia. Para Juan M. Hernández "el poder tener colaboración con estos grupos favorece que el personal en formación pueda viajar a estos sitios y tener proyectos conjuntos que es uno de los objetivos que se tiene en el grupo".

COMO UNA CASA

El nombre del grupo se buscó con el propósito de que fuera ilustrativo de la región extremeña y sirviera para identificar lo que hacían en el exterior; entonces lo ligaron a la ingeniería del software, y lo escribieron en inglés porque es el idioma de trabajo. Y así nombraron al grupo Quercus Software Engineering.

Para ilustrar el funcionamiento del software que están desarrollando, el coordinador del grupo utiliza el símil de la construcción de una casa: para construirla hay que elaborar una serie de planos, medidas, fortaleza de los cimientos, etc, de los que se encarga el arquitecto. Lo mismo sucede con el software, tiene una serie de requisitos, análisis y diseño, canalizados por el ingeniero. Hay que testearlo, al igual que hay que comprobar la estructura de la casa para detectar posibles fallos, antes de ponerlo en el mercado.

Juan M. Hernández advierte de las graves consecuencias que acarrean los errores de sistema en el software porque "el desarrollo del software sigue un ciclo completo". Es una estructura cíclica de cinco pasos: los requisitos (qué se necesita), el análisis (cómo debe hacerse), el diseño (crear una estructura del programa alrededor del cual el código sea construido), la codificación (completar la estructura) y el testeo o prueba (comprobar que el programa hace en realidad lo que se supone que ha de hacer en cuanto a su funcionamiento o viabilidad).

Y todo ello bajo el paraguas de la Ingeniería de Software Orientada a Aspectos (Aosd), una de las ramas más importantes de la Informática que "necesita aplicar métodos rigurosos y robustos