La singular Lisbeth Salander toma los rasgos de Noomi Rapace, actriz formada en la televisión e hija de un cantaor flamenco de Badajoz, Rogelio Durán, cuyo nombre artístico era Rogelio Dabargos. De él nada saben en los ambientes flamencos pacenses. En Suecia no era famoso, pero se ganaba la vida cantando.

--La elección de la actriz que interpretaría a Lisbeth Salander fue larga. ¿Pensó que era la mejor para el papel?

--Cuando fui a la prueba, acababa de leer la trilogía y me di cuenta de que querían algo terminado, ya definido, más femenino. Buscaban la imagen correcta y perfecta, como si acabara de salir de las páginas del libro. Y sentí que no me miraban y que no veían lo que se podía hacer conmigo. Pero hablé con el director, Niels Arden Oplev, y le pedí que me diera tiempo para encontrar a Lisbeth dentro de mí y dar lo mejor que requería un personaje tan oscuro, para que naciera en mi interior y fuera saliendo paso a paso, tal como se va presentando al espectador.

--¿Qué experiencias extrajo de la lectura de los tres libros?

--Como conocía la historia completa, sabía qué le pasaba a mi personaje. Pero en esta primera película luché para que ella fuera todo lo complicada que es en el libro, por mantener sus secretos sin que en la película se notara nada, para que el espectador pudiera moverse con las mismas incertidumbres a las que se enfrentó el lector en el primer libro. Por eso discutí con el realizador para no traicionar la intriga de la narración y desvelarla en pequeñas dosis. Yo incluso no llegué a descubrir del todo al personaje hasta que terminamos la tercera y última parte.

--¿Cómo es Lisbeth?

--Es una persona que ha sido maltratada física y psicológicamente por toda la sociedad, y la gente le ha fallado. Por eso, vive aislada, se ha creado un escudo protector y ha desarrollado una rabia brutal hacia los hombres que han abusado de ella. Se niega a ser una víctima y transforma todo su dolor interior en rabia. Es una luchadora nata. Me gusta porque es muy obstinada y antes muere que ceder. Es muy valiente, pero vive en un extremo de la sociedad. Sus actos son cuestionables, y no los comparto, pero son entendibles y creo que es positivo que exteriorice sus sentimientos de rabia.

--¿Cómo se preparó para las duras escenas de su violación y posterior venganza?

--Cuando trabajo no pienso en el público. Intento ser lo más realista y natural posible. También para una escena violenta. Trato de olvidarme de mi vanidad y mis problemas y entrar en la secuencia para darlo todo. Para mí es importante sentirme libre y tener confianza en el actor. En este caso así fue. No ensayamos pero comentamos la escena y queríamos que fuera real para que yo buscara toda la violencia en mi interior.