Joan Manuel Serrat fue investido la semana pasada doctor honoris causa por la Universidad Complutense de Madrid en reconocimiento a su trabajo como cantautor y a su trayectoria personal. En el Paraninfo, ante numerosos amigos, artistas, periodistas y políticos, el artista ejerció de embajador de su tierra y, en un momento áspero de las relaciones entre España y Catalunya, se reafirmó al declarar: "Aparte de ser catalán, ejerzo".

El rector, Carlos Berzosa, destacó la "inteligencia y naturalidad" de Serrat por plasmar en su obra "la riqueza del bilingüismo". El músico afirmó que, para él, "expresarse en catalán es tan natural como que las uñas crezcan", y precisó que "el catalán es una lengua y una cultura que sólo la intolerancia aisló".

El artista, que se define como catalán, "mestizo y bilingüe", señaló con cierto pesimismo: "No vivimos tiempos de calma, pese a que en España haya una democracia y ya no tenga que correr delante de la policía", como en la época universitaria. "Vivimos tiempos en los que se agitan con exceso las banderas viscerales", matizó. Y recordó que cuando le preguntan en qué idioma se expresa mejor, contesta: "En aquel en el que me prohíben hacerlo".

El presidente y la vicepresidenta del Congreso, Manuel Marín y Carmen Chacón; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; los ministros de Educación y Ciencia, María Jesús Sansegundo, e Industria, Jesús Montilla, y el expresidente Felipe González, fueron algunos de los políticos que asistieron, además de José Blanco, Santiago Carrillo, Nicolás Redondo y Trinidad Jiménez. La esposa del cantante, Candela Tiffón, también contempló cómo su marido recibía el birrete, el libro de la ciencia, el anillo y los guantes blancos.

Entre el público también se encontraba la mujer de José Luis Rodríguez Zapatero, Sonsoles Espinosa, además de amigos de la música, el arte y el periodismo, como Ana Belén, Víctor Manuel, Rosa León, Iñaki Gabilondo, Cristina del Valle, Eduardo Bautista, Forges, Manuel Vicent, Almudena Grandes y Rosa Regás.