"Flamenca, hiphopera, zíngara, rapera". El estribillo del primer single de La Shica parece toda una declaración de principios. Pero no es más que una forma de decir no a las fronteras en lo que a música se refiere. "Soy una mezcla de un montón de cosas, no voy de ". Así es como se define Elsa Rovayo, que el pasado 4 de marzo lanzó su disco de debut Trabajito de chinos que ahora presenta en una gira.

La Shica, apodada así por su estatura de 1,58, quería ser "una artista como Lola Flores" desde "antes de saber pronunciar la r" y con 15 añitos hizo el equipaje y se plantó en Madrid. Dos años más tarde, la sureña originaria de Ceuta empezó a bailar en tablaos flamencos, un espacio donde, a pesar del amor que siente por él, no se encuentra cómoda porqué es "demasiado rígido".

"Me costó mucho entrar. Es un circuito complicado, sobretodo para una paya rara como yo", porque eso es lo que siempre se ha considerado: "una paya rara que baila flamenco con calva y con minifalda" (nació en Ceuta hace 32 años).

´ZINGARA RAPERA´

Y esa rareza fue precisamente la que le abrió las puertas de la música hace tres años, cuando presentó su pieza Zíngara rapera . Desde entonces, "todo ha venido rodado".

Cuando cogió un micrófono por primera vez decidió que no volvería a bailar. Se rapó el pelo para no tener la tentación de ponerse la peineta y asegurarse de que no la llamarían más para ningún espectáculo de danza. "Le dije que no a todo el mundo por primera vez y empecé a ser sincera conmigo misma". Elsa sentía que tenía "algo que decir". Si no lo hacía se "volvía loca".

Ahora, acompañada por un guitarrista, un bajista y un batería, La Shica tiene repertorio: una docena de temas que surgieron poco a poco, "sobre la marcha, con mucho descaro". "Me he pasado toda la vida sembrando y ahora estoy recogiendo. La vida me está pagando todo lo que me debe", asegura la artista en una entrevista.

Lo próximo en el horizonte de La Shica: seguir evolucionando, tocar el bajo y proponer un nombre para la banda, El conjunto.