Hace unos días fui testigo ocasional de un incidente curioso cuando un enojado usuario del servicio de autobuses urbanos de Cáceres llega hasta ventanilla pidiendo el libro de reclamaciones, siéndole negado éste y alegando los responsables de esta empresa que el horario de atención al público había finalizado. No siendo esto cierto, un grupo de personas que nos encontrábamos en la cola salimos en apoyo de este sr. reivindicando nuestro derecho a recibir esas hojas de reclamaciones y a poder presentar quejas por un servicio precario.

Y es que cada mes la misma historia, perder una mañana, una tarde o el día entero (cuando no es más de un día) para recargar el bonobús mensual; y todo porque esta empresa tiene un único punto de atención para toda la ciudad. Esto supone que un amplio número de personas nos concentremos en torno a los mismos días en ese punto, dado que este servicio cuenta con gran número de usuarios. Largas colas hasta la calle, horas esperando para encima, llegada su hora, cerrar delante de nuestras narices y tener que volver al día siguiente. Mientras estos sres. se limitan a tener una única persona atendiendo, a salir una hora u hora y media antes del cierre a avisar de que no les da tiempo de atendernos, o simplemente a decir que hubiésemos ido antes a hacer la recarga. Y yo les digo: ¿acaso piensan que no tenemos nada más que hacer? ¿No debían ser ellos los que buscaran soluciones? Como poner más puntos de venta al público, ampliar su reducido horario de atención, poner otros sistemas de recarga, por ejemplo en bancos, cajeros, -sin cobrar comisión- o en los propios autobuses. En fin opciones que harían más fluida esta sencilla operación y que ahorraría tiempo y enojo a tantos sufridos usuarios. No nos traten como tontos ni se burlen de nosotros, al fin y al cabo somos los que enriquecemos su empresa.