En el sur de Estados Unidos, el llamado ´cinturón de la Biblia´ al que George W. Bush debe gran parte de sus votos, no quieren oír hablar de la evolución. O más bien no quieren ni verla, aunque sea en forma de documental científico como el titulado ´Volcanoes of the deep sea´ (Volcanes del mar profundo), que varias salas de cine Imax se han negado a proyectar por temor a que su contenido sobre la teoría de la evolución ofenda a los religiosos espectadores de esta parte del país. "La mayoría de nuestro público defiende la creación, por eso debemos ser cuidadosos con lo que mostramos", afirma Lisa Buzzelli, gerente de la sala Imax en Charleston, en referencia a la fe cristiana que profesan sus habitantes, para los que la aparición del mundo sólo responde a Dios.