El Mazda 2 abandona la línea monovolumen que no terminaron de cuajar para adoptar las de un turismo de indudable belleza. De este modo acorta su tamaño, pese a la tendencia actual por incrementar las dimensiones ajustándose, así, a las necesidades de un modelo que debe moverse por las calles con soltura. También ha ganado en funcionamiento dinámico.