No ha corrido en karts ni ha vivido frías mañanas de entrenamiento, pero ha llegado a la fórmula 1. Y, encima, es mujer, toda una proeza. Pero María Viñas, gallega con premios nacionales e internacionales de pintura, grafismo y publicidad, no se va a poner al volante sino que va a decorar un bólido con su imaginación y la del piloto probador del equipo Lucky Strike Bar-Honda Enrique Bernoldi para la temporada que viene.

Sus rivales en la final, un equipo de japoneses asistidos por toda la tecnología punta en diseño, estaban tan seguros de ganar a la modesta gallega que se quedaron tan conmocionados que ni siquiera se acercaron para felicitarla. "Quizá actuaron así por el impacto más que por mala educación", explica María.