Responsables y ministros de Educación de más de 40 países europeos incidieron el pasado jueves en la ciudad de Bergen (Noruega), en una nueva ronda del denominado Proceso de Bolonia --por el que se inició el camino hacia el Espacio Europeo de Educación Superior-- en la necesidad de integrar las enseñanzas superiores e impulsar las reformas.

La conferencia, que se clausuró el viernes y continúa las celebradas en Bolonia (1999), Praga (2001) y Berlín (2003), reunió a responsables y ministros de Educación de 45 países europeos, entre ellos la ministra española María Jesús San Segundo.

Los objetivos fundamentales de este proceso, que pretende completar la creación de un espacio común de educación superior en 2010, son establecer un marco europeo de titulaciones universitarias y unos estándares de calidad comunes a todos los países.

El comisario de Educación de la Unión Europea, Ján Figel, elogió los logros conseguidos en la enseñanza universitaria desde el año 1999, aunque calificó de "seria" la situación en comparación con otros países.

En este sentido, recordó que en la Unión Europea sólo el 21% de la población en edad de trabajar tiene educación superior, frente al 38% de Estados Unidos o el 43% de Canadá. El promedio de investigadores por 1.000 habitantes es de 5,5 en la UE, por 9 y 9,7 en Estados Unidos y en Japón, respectivamente.

Figel defendió la adopción de un nivel mínimo de compatibilidad de estándares y una colaboración entre Estado y Universidad que combine la autonomía de las instituciones educativas con estrategias gubernamentales, la necesidad de inversiones y la de asegurar el acceso a los programas de movilidad a estudiantes e investigadores.

AVANCES

La directora general de Universidades, Carmen Ruiz-Rivas, miembro de la delegación española, declaró a Efe que los avances logrados en estos seis años eran "impensables" cuando se firmó la declaración, especialmente, por el carácter voluntario del proceso, y señaló que España estaba "a medio camino".

Ruiz-Rivas resaltó que España partía de una "situación peor", por las diferencias con el nuevo sistema universitario y las reformas exigidas por la Ley de Universidades, y que aunque desde el punto de vista normativo se encontraba ya al nivel del resto, la adaptación se encontraba "un poco atrasada".

Otro miembro de la delegación, Federico Gutiérrez-Solana, rector de la Universidad de Cantabria, destacó que el sistema universitario de otros países estaba más cercano al nuevo y que su esfuerzo de adaptación había sido menor, e incidió en la mejora en la calidad y la potenciación de la investigación que este sistema traería.

"Socialmente, el proceso no es bien conocido: es complejo, con muchos matices, y no hay una información suficientemente matizada. Se ha producido un debate imprescindible, necesario, que durará hasta 2007, pero demasiado simple: no se habla de las nuevas oportunidades y los nuevos estudios", dijo Ruiz-Rivas.

Durante la sesión inaugural, se aprobó el ingreso de cinco nuevos países en el Proceso de Bolonia, que se añaden de este modo a los cuarenta que ya formaban parte de él. Estos países son Armenia, Azerbaiyán, Georgia, Moldavia y Ucrania.