España fue uno de los 21 países seleccionados por el Gobierno chino para participar en la Feria de la Educación de este país. Sin embargo, la representación española fue reducida y su pabellón ocupó menos espacio que países como Holanda o Polonia, dejando entrever los problemas a los que todavía se enfrenta la promoción del español pese a ser una de las lenguas más extendidas del mundo.

"El tren de China se escapa sin España", comentaba Jesús López-Peláez, vicerrector de Relaciones Internacionales de la Universidad de Jaén, una de las cuatro universidades que acudieron a la feria, junto con las de Zaragoza, la Rioja y Alcalá de Henares.

A su juicio, varios son los obstáculos que taponan la llegada de estudiantes del país asiático a España, que acoge a sólo 2.000 frente a los 150.000 del Reino Unido, los 80.000 de Francia y Alemania, o los 6.000 de Holanda. Entre esos escollos, explicó, una política de visados por parte española "demasiado restrictiva". "Hace dos años, seleccioné a un grupo de 40 estudiantes chinos que querían estudiar en nuestra universidad. A todos le denegaron el visado por insuficiente garantía de retorno. Este tipo de cosas desanima a los jóvenes chinos, que optan por otros países donde se les dan más facilidades", explicó.

Cómo obtener el visado fue precisamente una de las preguntas más habituales de los visitantes chinos al pabellón español que, paradojicamente, no contaba con un punto de información al respecto.