Un grupo de investigación de la Universidad de Granada ha conseguido, mediante un proceso sencillo y de bajo coste, transformar botellas de plástico en un carbón activo homogéneo y selectivo capaz de absorber los contaminantes presentes en el aire. Este grupo, perteneciente al Departamento de Química Inorgánica de esta universidad, trabaja en un proyecto subvencionado por el Ministerio de Medio Ambiente para la obtención de carbón activo a partir de residuos poliméricos como materia prima.

El carbón activo es un sólido con una gran superficie específica, pues presenta numerosos poros del orden de los nanómetros, que hace que el área de una pequeña cantidad sea equiparable a la extensión que ocupa un campo de fútbol.