Los niños que mueren sin ser bautizados van directamente al paraíso. La tesis de origen medieval que enviaba al limbo a los bebés fallecidos con el pecado original ha sido rechazada por los teólogos del Vaticano tras años de debate en la Comisión Teológica Internacional. En un documento de 41 páginas que cuenta con el visto bueno de Benedicto XVI, esta asamblea de expertos concluye que existen "serias bases teológicas y litúrgicas para esperar que los niños sin bautizar se salven" de ir a ese lugar sin tormentos pero alejado de Dios. "Dios es misericordioso y quiere que todos los niños se salven", considera la comisión, presidida por el prefecto de la congregación para la doctrina de la fe, el estadounidense William Juan Levada. Eso sí, aclara que su argumentación se basa más en una "esperanza piadosa" que en una "certeza probada".