La segunda novela del estadounidense Brian Freeman (Chicago, 1963) está cargada de imágenes de impacto, un complejo bagaje, violencia desmesurada, inteligencia y fino humor. En este nuevo libro el lector reencuentra algunas constantes del autor: el crimen como animador de pasiones y sentimientos, el pasado impune que siempre vuelve a atormentarnos, la fragilidad de las ilusiones y --sobre todo-- las mujeres como víctimas de la violencia. Para este nuevo relato, Freeman recupera los personajes de su primera novela, Inmoral (2005): Stride y Serena, los detectives enamorados, ahora adscritos al Departamento de Homicidios de Las Vegas.

Ediciones B. R.Ventura .