Como se suele decir, el que tuvo retuvo. Un dicho que perfectamente se puede aplicar a Francisco Velarde Sánchez (Don Benito, 1930), que durante 47 años ha sido pastor y que tras su jubilación anticipada, debido a problemas de salud derivados del propio ganado, ha seguido ligado a su profesión de toda la vida desempeñando labores de artesano del pastoreo .

A Francisco Velarde le viene de familia el apego al oficio de pastor. De hecho, como recuerda, en el barrio de San Sebastián, donde vive, "casi todos éramos pastores".

Trabajó en varias explotaciones y, como reconoce, el oficio "siempre me gustó mucho". No obstante, éste considera que la profesión "era muy dura, muy esclava y mal pagada". Y es que Francisco se pasaba quince días en el campo, pernoctando en chozos, y luego pasaba un par de días en casa para luego retornar de nuevo a la faena. Esos días eran los únicos en los que podía ver a su familia.

BUENA MEMORIA Y VISTA

Velarde apunta que hoy en día "cualquiera que sepa contar del uno al diez podría ser pastor, porque ahora con la numeración de las ovejas todo es más fácil. En mi época eso no existía, y teníamos que tener buena memoria y buena vista para conocer a cada oveja y saber cual era su cordero".

Para pasar las largas temporadas en la majá , éste construía los típicos chozos que hacía con ramas de álamo negrillo, castaño o eucaliptus y que ´vestía´ de bayuncos . Una tarea que tras su jubilación no perdió a raíz de los encargos de amistades. "Desde que me jubilé he hecho cinco o seis chozos. Son muy decorativos y a la gente le gusta".

Pero ahí no acaba su maña. Durante las largas horas en las que éste cuidaba al rebaño, también se entretenía haciendo figuras en miniatura de esparto y juncia, como chocitos o costeras (cesta para los huevos), que ahora sigue realizando para matar el tiempo.

Por último, su sapiencia pastoril también le han reportado otras cualidades, en este caso culinarias, ya que también es un experto cocinando las típicas migas. El secreto, como indica Velarde, "es echar el aceite y el agua justa". Palabra de pastor.