No hay quien pueda con el camalote o jacinto de agua. El río Guadiana presenta a estas alturas del año un aspecto de deterioro con esta planta invasora dominando de orilla a orilla buena parte de la playa de Medellín, pese a las intensas heladas de los últimos días.

Divisar el Guadiana aguas abajo desde el puente viejo del siglo XVII es contemplar una penosa estampa, resultado del vigor de esta planta, que adquiere la categoría de indestructible, y resultado de la impotencia de la administración competente, en este caso la Confederación Hidrográfica del Guadiana.

Los vecinos de Medellín miran muy apenados el aspecto de su querido río Guadiana con sentimiento de resignación. Entre los pescadores, ese sentimiento de pena se transforma en indignación y son muchos quienes están compartiendo vídeos y fotografías en las redes sociales para concienciar sobre este problema.

Para colmo, a veces se unen elementos burocráticos a su erradicación. Hace escasamente tres meses El Periódico Extremadura publicaba que el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales, dependiente del Ministerio de Hacienda, suspendía de manera provisional la encomienda de gestión a la empresa pública Tragsa, que aprobó el 21 de julio la Dirección General del Agua del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, tras el recurso planteado por la Asociación Española de Empresas de Parques y Jardines (Aseja), que defendía que este contrato se debería haber sacado a licitación.

La previsión era que empezase a trabajar a finales de agosto o principios de septiembre, de forma que del importe total, al 2017 le correspondían 1,5 millones para los cuatro últimos meses del año y 2,2 millones para los ocho primeros meses del 2018. Pero Aseja presentó un recurso y pidió la suspensión como medida cautelar. La asociación no está de acuerdo con que no se convoque un concurso público y que el ministerio opte por un contrato directo.

El camalote hizo acto de prensencia en el Guadiana a su paso por Medellín a mediados de la década pasada, alcanzando rápidamente dimensiones muy negativas para el río, que se vio de manera súbita arropado por el manto verde de la planta.

Tras un importante desembolso por parte de Confederación, la planta fue retirada en la zona de la playa, donde desde hace años hay instaladas barreras para impedir el avance del camalote a determinadas zonas.

En años posteriores, el camalote ha remitido en épocas invernales, pero este año la planta se ha hecho fuerte a las heladas y a la falta de acción de la administración.

En estos años, la plataforma SOS Guadiana viene reivindicando un abordaje más en profundidad de este problema que tanto daño está causando al Guadiana.